domingo, noviembre 24, 2024
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Las cinco diferencias de las campañas de Cifuentes y Aguirre

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Son mujeres, rubias y con un carácter arrollador. Representan a la perfección el canon 'popular', aunque desde diferentes prismas. Encabezan dos de las candidaturas más importantes del Partido Popular: Comunidad de Madrid y Ayuntamiento de la capital. Y las dos son mujeres muy respetadas en el partido al que representan. Pero Cristina Cifuentes y Esperanza Aguirre no son ni mucho menos como dos gotas de agua. Es más, sus campañas y precampañas lo han puesto de manifiesto. Ambas tienen detrás de ellas a dos pesos pesados de la comunicación política: Isabel Gallego (dircom de Aguirre), y Marisa González (dircom de Cifuentes). Y esto se ha notado en estas últimas semanas de intenso trabajo electoral. Sólo hace seis días que pueden pedir el voto de manera explícita, aunque con su actitud lo llevan reclamando desde el pasado 6 de marzo, día en el que Rajoy finalmente se decidió e hizo oficial sus candidaturas. Eso sí, cada una a su manera.

1. Sacar las uñas con los rivales. Esta es una de las estrategias más habituales de la vieja política. Dice el refranero español que «no basta que la mujer del César sea honesta; también tiene que parecerlo». Y en política ocurre algo parecido: no vale con ser un buen candidato, hay que conseguir que tu rival parezca peor que tú. Cifuentes, una recién llegada a esto del barro electoral, ha evitado los charcos pantanosos. Pero Aguirre, una experimentada política, con varias campañas a sus espaldas, y consciente de que se juega su prestigio de 'candidata invencible', no ha dudado ni un instante en utilizar las armas a su alcance para desestabilizar a su principal rival: la cabeza de lista de 'Ahora Madrid', Manuela Carmena. La única candidata a la que ha demostrado tener miedo. Su equipo reconoce la fuerza titánica de Podemos en algunos barrios de Madrid y Aguirre no ha dudado ni un instante en pasar a la acción. Primero, poniendo en duda que fuera jueza. Una grave acusación, que reconoció haber leído en ABC, y por la que tuvo que llamar por teléfono a Carmena y pedir perdón. Y segundo, haciendo leña del árbol caído. En concreto, de un escándalo que un diario digital publicaba sobre el estudio de arquitectura que dirigía el marido de Carmena. Según este diario, su empresa dejó de pagar a los trabajadores durante siete meses y les «obligó» a «bajarse de categoría». «Si Carmena estuviera en Inglaterra, ya no sería candidata», llegó a decir una Aguirre a la que le persiguen escándalos como las tramas 'Gürtel' o 'Púnica'.

2. Campaña basada en la espectacularidad. Si hubiera que elegir a las dos candidatas más activas en precampaña y campaña no habría ninguna duda: Cristina Cifuentes y Esperanza Aguirre probablemente han sido las dos candidatas más activas en la calle, las redes sociales y los medios de comunicación desde que el PP hizo públicas sus candidaturas. Pero si hubiera que elegir una de las dos campañas por su exagerada espectacularidad ésta ha sido sin duda alguna la de Aguirre. Ella ha sido la que ha sacado su propio chester a pasear por las calles a pasear. En él se ha sentado a escuchar a los vecinos y en algunas ocasiones ha invitado a compañeros de formación -como al presidente balear, José Manuel Bauzá- o algún exdirigente 'popular' controvertido, como fue el caso de María San Gil. También habilitó un número de 'whatsapp' en el que en pocas horas llegó a recibir 30.000 mensajes. Se subió a un autobús turístico de sorpresa e hizo de guía para sus ocupantes. Y ha acudido a todos los programas de televisión que le han invitado: a El Objetivo de Ana Pastor, a La Sexta Noche, a El Hormiguero y hasta Qué tiempo tan feliz de María Teresa Campos, donde incluso se arrancó a bailar flamenco. Cifuentes tampoco ha parado, también fue invitada de Pablo Motos, pero su perfil mediático ha sido mucho más moderado. Ahora, en campaña, Aguirre tampoco se quedará corta: después de pasear en bici por Madrid Río, tiene en agenda bailar 'zumba' en Montecarmelo y utilizar a su perro en un acto para fomentar el 'dogfriendly'.

3. Debate en televisión. En esto tampoco han coincido Cifuentes y Aguirre. El revuelvo montado en torno al tradicional debate televisado en Telemadrid tampoco ha sido pequeño. Todos los candidatos estaban de acuerdo en celebrar un debate a seis en la cadena pública madrileña -los regionales y los municipales-; todos menos Esperanza Aguirre. Finalmente, la candidata del PP a la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, echó valor al asunto y se enfrentó a los candidatos de Ciudadanos, PSOE, Podemos, IU y UPyD. Como era de esperar, todos los ataques y reproches se centraron en ella. Aguirre, temerosa de que algo así pueda ocurrirle, ha optado por cambiar las reglas del juego: 14 debates dos a dos en tres días (18, 19 y 20 de mayo). El resto de formaciones no están de acuerdo, pero la candidata del PP a la alcaldía de Madrid -expresidenta de Comunidad de Madrid, de quien depende económica y orgánicamente Telemadrid- ha conseguido que sus deseos fueran órdenes para la televisión pública.

4. Tono conservador vs. tono progresista. Esta diferencia probablemente haya sido la más evidente desde el primer día que fueron elegidas. Es más, esta fue la diferencia clave que explica la elección de ambas. Aguirre está para intentar recuperar al votante conservador. Cifuentes para no alejar al partido del centro. La explotación de sus tatuajes, de su republicanismo y de su ateísmo atraen al PP más moderno, joven y moderado. Aguirre, sin embargo, levanta pasiones entre el sector más conservador y mayor. La candidata al Ayuntamiento nunca ha estado contenta con esta distinción y cuando ha podido lo ha puesto de manifiesto. Cuando ha tenido ocasión ha recordado que ella viene del «ala liberal», mientras que la exdelegada del Gobierno en Madrid comenzó en Nuevas Generaciones de Alianza Popular. Cifuentes, muy cuidadosa, como siempre, no quiso entrar al trapo.

5. Propuestas encontradas. Pero si algo ha resultado verdaderamente llamativo en precampaña, y probablemente se acentuará en campaña, son sus diferentes puntos de vista en asuntos importantes para su partido y para la región. Aguirre y Cifuentes no coinciden en el aborto, ni en la prostitución, ni en qué hacer con los 'sin techo', ni tampoco con las manifestaciones. Han sido notorias sus diferencias a estos respectos. En cuanto al aborto, Cifuentes fue de las que se mostró a favor de la Ley de 1985 y en contra de la reforma de Gallardón, tampoco quiere oír hablar de legalizar la prostitución. Tampoco piensa que los 'sin techo' sean un problema para el turismo. Y mucho menos aún está a favor de la iniciativa que Ana Botella planteó hace meses y Aguirre parece apoyar ahora de prohibir las manifestaciones por el centro de la capital.

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