La encuesta que publicó el CIS el pasado 7 de mayo, el mismo día que arrancaba las campaña electoral, no fue todo lo buena que el equipo de Esperanza Aguirre deseaba. Entonces, el Centro de Investigaciones Sociológicas, órgano dependiente del Gobierno, ya alertaba a los 'populares' que si querían conservar el Ayuntamiento de Madrid tras el 24 de mayo deberían de pactar. Es cierto que los resultados del CIS no eran la «repera patatera» -como diría el director de la Agencia Tributaria-, pero tampoco eran malos para el PP. Con Aguirre al frente de la formación conservadora, todavía lograban mantener cierta distancia con su principal rival, que ya no es el PSOE, sino Ahora Madrid (la coalición formada por Ganemos y Podemos). Concretamente, de diez concejales. Aunque el mazazo llegó este domingo, cuando el diario El País hacía pública su última encuesta sobre intención de voto elaborada por Metroscopia y alertaba de un «empate técnico» entre la presidenta del PP de Madrid y su 'archienemiga' Manuela Carmena. «Estoy muy preocupada», admitía la dirigente 'popular' sobre este posible escenario electoral, a una pregunta formulada por ESTRELLA DIGITAL en un desayuno informativo que ha protagonizado este lunes en la capital.
Los pronósticos no son nada tranquilizadores para el PP, y menos aún teniendo en cuenta que el equipo de Aguirre suele confiar en las encuestas elaboradas por Metroscopia. «A nosotros nos suelen acertar», reconocían resignadas fuentes 'populares' a este diario. La candidata del PP al Ayuntamiento de Madrid «no tiene ninguna duda» de que sus rivales se unirán para derrocarla. «Echar al PP es su único punto del programa», ha advertido este lunes Aguirre. El PP está acostumbrado a la mayoría absoluta en el capital, pero la presidenta del PP de Madrid, ya resignada, habla abiertamente de pactos. «Estoy abierta a llegar a acuerdos con todas las fuerzas políticas en todo lo que sea bueno para los madrileños», ha insistido este lunes. Aunque sus opciones no son muchas. Salvo Ciudadanos, ningún otro partido parece estar dispuesto a entenderse con ella. Ni siquiera el PSOE, cuyo secretario general, Pedro Sánchez, ya ha advertido de que su partido está abierto a pactar con todas las formaciones menos con el PP y Bildu. «Eso es una barbaridad. Ponernos al mismo nivel que Bildu…», ha exclamado Aguirre.
La dirigente 'popular' ha advertido de que ni le «asustan ni escandalizan» los gobiernos de coalición o de minoría. Y aunque se ha mostrado totalmente favorable a sentarse en la mesa de negociación con Ciudadanos, no ha perdido la oportunidad de alertar contra los «mentirosos» que «se disfrazan» para que no «se conozcan sus ideas». No ha dado nombres propios, pero sin duda alguna se refería a las dos formaciones emergentes de moda: Podemos y Ciudadanos. A la formación liderada por Pablo Iglesias, con quien incluso ha llegado a cruzar demandas judiciales, la ha colocado como «principal detonante» de su vuelta a la primera línea política, que abandonó en 2012. Sobre Podemos ha vuelto a advertir de que si logra llegar al poder los españoles «dejarán de poder votar libremente». «Se podrá votar, pero como se hace en Cuba», ha rematado Aguirre.
En lo que a Albert Rivera respecta, ha reconocido sentirse «decepcionada». «Yo le admiraba cuando defendía a España en Cataluña. Creí que él y Luis Garicano eran liberales. Pero ahora resulta que son socialdemócratas». Ha dicho que no habla con él desde que coincidieron en la «última fiesta de Antena 3», pero no ha descartado que en los próximos tiempos le toque dialogar mucho con el líder de la formación naranja. La candidata 'popular' ha insistido que en sus 32 años de vida política ha dado la cara siempre y que nunca se ha callado, sino todo lo contrario. Quiere ser alcaldesa «para hacer política», que no es otra cosa que «ponerse al servicio de los ciudadanos, hablarles claro y explicarles las cosas sin miedo y con sinceridad, devolviéndoles la ilusión en un proyecto común de progreso y prosperidad sin la intervención del Estado en todo y con una justicia que premie a los honrados y que lleve a la cárcel a los corruptos».
Dos 'enemigas en campaña': Carmena y Botella
Ha sido una campaña y precampaña dura, en la que se ha ganado dos enemigas principalmente. Una, su principal rival, Manuela Carmena. Con ella ha protagonizado dos momentos especialmente tensos: cuando puso en duda que fuera jueza, y cuando aprovechó la información que un medio digital publicó sobre el marido de la candidata de Ahora Madrid para hacer campaña. La otra dentro de su propia formación. Su predecesora y mujer de uno de sus principales referentes políticos, Ana Botella. La esposa de José María Aznar ha admitido sentirse decepcionada con Aguirre. Y hasta su marido reprendió este domingo al PP por infravalorar a la que aún es la alcaldesa de la capital.
Este lunes ha intentado rebajar el tono con ambas. En lo que a Carmena respecta, se ha referido a ella como una «respetable jueza» -cabe recordar que hace unos días tuvo que llamarle por teléfono para pedirle perdón por poner en duda su carrera judicial-. Y sobre Botella ha reconocido que llegó al poder en un momento complicado para el PP, pero que ha hecho «una labor excelente». Aunque tampoco han faltado los dardos de turno.
A la candidata de Ahora Madrid la ha acusado de no tener claro con quién está. «Ella dice que no es de Podemos, pero ellos dicen que sí«. Y ha cuestionado cómo debe de sentirse después de que se haya publicado que «su marido no paga a los trabajadores«. «Yo no acuso a Carmena de nada. Sólo hablo de sentimientos», ha ironizado. Y sobre la mujer de Aznar ha preferido ensalzar más su perfil como esposa que como gestora pública. «Ha sido una gran mujer detrás de un gran hombre, que ha ayudado en todo momento al PP», ha espetado Aguirre, que ha preferido centrarse en la figura de Aznar. Las alabanzas hacia su exjefe de filas no han sido pocas. «Ha hecho por España una tarea de titanes demostrada por el hecho de que cuando llegó a lo más alto de la formación, desde 1990, consiguió que fuera el gran partido de centro derecha de España, que incluye a todos los que estaban a la derecha de la izquierda. La historia le recordará como uno de los grandes políticos españoles», ha zanjado.
Menos complaciente se ha mostrado con Mariano Rajoy. «Es un señor muy serio que ha conseguido enderezar la economía, el mayor problema de España». Es bien sabido que su relación no es buena, pero este lunes ha querido dejar claro que entre sus planes no vuelve a estar arrebatarle la presidencia del PP nacional -como sí ocurrió durante el famoso congreso de 2008 en Valencia-. Un «no» tajante es lo que Aguirre ha respondido cuando se le ha preguntado sobre la posibilidad de que ella promueva un congreso nacional en el que poder postularse como presidenta del PP.