lunes, noviembre 25, 2024
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Madrid, medalla de oro en contaminación

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De las veintitrés estaciones de medición de la calidad del aire, solo una no excede los límites de ozono que marca la directiva europea. Los ecologistas lo comparan con un iceberg y afirman que la superación de la barrera máxima permitida esconde una enorme masa de contaminación instalada en la región. “Este año ha sido espectacular porque se han superado todas las marcas que había de ozono malo”, explica a Estrelladigital.es Juan García, portavoz de Ecologistas en Acción.

El Ozono troposférico, más conocido como ‘malo’, se encuentra el la parte baja de la atmósfera, en el aire que respiramos. Este tipo de gas se forma por los humos emitidos por el tráfico y la industria, se convierte en ozono a causa del efecto de los rayos solares y las altas temperaturas y si supera ciertas concentraciones es perjudicial para la salud y para el ecosistema. Desde Ecologistas en Acción lo definen como un fuerte oxidante que a elevadas concentraciones provoca irritación en los ojos, superficies mucosas y pulmones. “La respuesta a la exposición al ozono puede variar mucho entre individuos por razones genéticas, de edad –afecta más a las personas mayores, cuyos mecanismos reparativos antioxidantes son menos activos- y por la presencia de afecciones respiratorias como alergias y asma, cuyos síntomas son exacerbados por el ozono”, afirma la organización en un comunicado. Por otro lado, aclaran que uno de los factores que condiciona los efectos de la exposición a este tipo de gas sobre los pulmones es la “tasa de ventilación”. “Al aumentar el ritmo de la respiración aumenta el ozono que entra en los pulmones, por lo que sus efectos nocivos se incrementan con el ejercicio físico. Diversos estudios relacionan el ozono con inflamaciones de pulmón, síntomas respiratorios e incrementos en la medicación, morbilidad y mortalidad”, explica el escrito.

Por eso, los ecologistas lamentan que la Administración no aporta la información suficiente a los ciudadanos para que se protejan de la contaminación. “Nunca se había producido una situación como esta en la Comunidad de Madrid. Nosotros venimos diciendo desde hace mucho tiempo que hay que informar a la población y que es importante que la gente lo sepa para que no haga ejercicio durante los picos de contaminación y para que los ciudadanos con problemas respiratorios, ancianos o niños tomen precauciones”. Abogan porque la información sobre los niveles de contaminación en la región sea diaria y lamentan el “déficit informativo”. “La Comunidad de Madrid siempre dice lo mismo, que no pasa nada, que no supera el nivel de alarma y lo dan como un logro. Pero que no supere el nivel de alarma no significa que esto sea una razón. Es un iceberg que justamente cuando salen esos picos es que debajo tenemos una enorme masa de contaminación que no se informa o que se desconoce”, asegura García.

La red autonómica de medición de la contaminación del aire se compone de 23 estaciones y hasta el momento, según Ecologistas en Acción, solo uno no ha superado los límites que marca la Directiva europea, es decir, el Valor Objetivo para la Protección de la Salud por ozono troposférico. “La Administración está obligada a informar. Es cierto que informa, pero de una forma que es irrelevante porque la población no se entera salvo que esté encima, como lo estamos nosotros, por eso  vemos a gente que practica footing o ejercicio físico cuando los picos son altos”, apunta el portavoz.

La única estación que por el momento no ha superado este nivel es la que se encuentra en el municipio Collado Villalba, sin embargo muchas otras, según datos ofrecidos por EA, lo han duplicado (Orusco, Atazar, Alcobendas, Guadalix). La organización alerta de que este verano los registros han sido mucho más altos que los alcanzados cualquier otro año en la Comunidad de Madrid y afirma que la solución pasa por una reforma del modelo lo más pronto posible. “Es difícil y no se puede conseguir de la noche a la mañana , a corto plazo. Son planes de movilidad a medio plazo. Hay que trabajar por las energías renovables, por movilidad sostenible, siempre vamos a estar emitiendo pero hay que trabajar en ese sentido para paliar los efectos que genera esta contaminación”, aclara García.

Los ecologistas creen que es posible reducir las emisiones y exponen como ejemplo las medidas emprendidas por otras ciudades europeas. “La ciudad de Hamburgo propone para el año 2025 suprimir el tráfico en el 40%, o Copenhague también se propone para esa misma fecha que las emisiones de ozono sean cero. Es difícil conseguirlo pero hay que tender a ello y trazar unos objetivos a medio y largo plazo, algo que por el momento no se ha hecho”, añade.

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