Llevan muchos meses quejándose, pero nadie ha resuelto sus problemas. Un parche de 500 barrenderos más hasta final de año anunciado por la misma alcaldesa, Manuela Carmena, parece la única medida. Los vecinos de los barrios madrileños, principalmente Carabanchel, están muy descontentos por la gestión de la limpieza de sus calles. Desde que Manuela Carmena se convirtió en alcaldesa de la capital, los vecinos pensaban que la situación iba a ir a mejor, pero por el momento todo está igual. Los recortes que hubo en Medio Ambiente han afectado a todos, principalmente a los barrios menos céntricos.
La calle Gaviota sufre de primera mano la suciedad y la falta de limpieza de las empresas encargadas de ello. Los vecinos cuentan a Estrelladigital.es que han llamado varias veces al Ayuntamiento para quejarse y que lo único que les dicen es: “Cuantos más llaméis, seréis más escuchados”, les contestaba un trabajador al otro lado del teléfono. Ellos se han quejado, han llamado y han contado la situación a este diario diciendo que por su calle prácticamente no pasan camiones de basura, que solo echan un chorrito de agua y que su problema principal es que la basura generada por los vecinos se suma a la que echa en sus contenedores el supermercado que está en la calle del mismo nombre, algo que legalmente no podría hacerse.
El Ayuntamiento: «Cuántos más llaméis, seréis más escuchados»
La calle José Garrido tampoco se queda atrás. Una vecina de la calle del barrio de Carabanchel, uno de los más afectados, aseguraba a este diario que “ahora parece que pasan un poco mejor, pero hasta hace dos días la calle daba asco”. Aún así, las calles no terminan de estar todo lo limpias que deberían y los encargados de ello simplemente recogen los contenedores, sin centrarse en lo que pueda quedar en el suelo.
El 13 de junio la septuagenaria se convirtió en alcaldesa de Madrid, prometiendo a los ciudadanos que mejoraría lo que tuviera que ver con la limpieza de las calles. Con ello empezó un refuerzo para limpiarlas, aunque algunos barrios como Malasaña, Carabanchel o San Blas no se encontraban dentro de él, por lo que creó otro plan, esta vez uno de choque.
En estos más de tres meses ese plan de choque no ha actuado de la manera que debiera haberse echo, motivo por el cual los vecinos siguen con sus quejas. Todo ello ha obligado al consistorio llevar a cabo la medida de emergencia de la contratación de medio millar de operarios.
El pasado domingo 20 de septiembre, Manuela Carmena concedió una entrevista radiofónica en la que comentaba esta problemática y echaba la culpa a las empresas privadas, que son las encargadas de la limpieza de la ciudad. “Todos los días estamos lanzando estrategias para conseguir lo que queremos de las empresas contratistas”, comentaba la alcaldesa, afirmando que les hacían ofertas que todavía no habían aceptado y que “las empresas no están actuando bien”, sentenciaba Carmena.
Por el momento, los vecinos siguen esperando una respuesta favorable por parte del Ayuntamiento que les prometió la limpieza de sus barrios; y el Ayuntamiento continúa pactando con las empresas privadas para satisfacer a los ciudadanos.