España se adentra en temporada de elecciones. Tras las europeas y las catalanas, el conjunto de la nación se prepara para los comicios generales. Pero Izquierda Unida parece ir por libre. Mientras los partidos crean coaliciones o buscan nuevos aliados para las futuras elecciones, la marca en Madrid de la coalición de izquierdas (IUCM) se empeña en atacar a su dirección nacional.
Los militantes de la vieja federación madrileña de IU denuncian, en un comunicado, la actuación de diversas personas y grupos de la Comunidad de Madrid contra las organizaciones a las que pertenecen. “Una actuación, al borde de la delincuencia política, que cuenta con el irresponsable apoyo de la dirección federal de Izquierda Unida, en su intento por relevar a golpe de decreto a las asambleas de IUCM en las localidades y distritos madrileños”, establece la nota.
La expulsión de 5.000 afiliados de IUCM de las estructuras regulares del partido estatal, con el apoyo de Cayo Lara, abrió más adelante un proceso de reafiliación de estas personas a la “nueva IU Madrid”. A pesar de alargar el plazo, más del 70% de los afiliados rechazaron reincorporarse en lo que consideran un “fracaso de la operación reconquista”.
La organización denuncia “amenazas, calumnias y difamaciones de la dirección federal” y asegura que “los representantes [que lideran Izquierda Unida a escala estatal] carecen de trayectoria, credibilidad y capacidad política para ser reconocidos como gente de izquierdas”.
Además de estos reproches, afirman que la coalición presidida por Cayo Lara ha sacrificado la marca IU por acudir a las elecciones de la mano de Podemos. También recriminan a su candidato a la presidencia del Gobierno, Alberto Garzón, el formar “versiones extravagantes de unidad popular”, a las que consideran “simples apaños de su candidato”.
Sobre Pablo Iglesias, aseguran que no quiere “saber nada” de su partido político, sino que se quiere llevar a Alberto Garzón a Podemos. Contra éste también tienen descalificaciones, ya que lo definen como “el mayordomo” de la formación morada y lo instan a que se marche al partido de Iglesias, al que califican de “tonto”, “mentiroso” y “anticomunista”.