Aunque de acuerdo en el fondo, el caos comunicativo del Ayuntaniento de Madrid ha provocado las críticas de casi todas las instancias políticas. La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, anunció por la noche del jueves que se levantaban las restricciones al tráfico y sólo media hora después su concejalía la desautorizaba y pasaba a medidas más duras. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, respalda los protocolos para luchar contra la contaminación, pero pide a la alcaldesa Carmena que antes de tomar estas medidas informe bien a los ciudadanos. “Esto va mucho más allá del cumplimiento de protocolos» son medidas que afectan a los ciudadanos que son «muy colaboradores, pero hay que informarles con anticipación”, apostilla la vicepresidenta.
Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid, reprocha a la alcaldesa de la capital que “nadie ha informado a su gabinete”, lo que supone una falta de coordinación en el tráfico de la Comunidad de Madrid. Asegura que no hubo notificación hacia el Ejecutivo autonómico para reformar los transportes como el metro.
Si en algo están de acuerdo Sáenz de Santamaría, Cifuentes, Aguirre y Pedro Sánchez, es en la falta comunicación por parte de Manuela Carmena hacia los ciudadanos. “Los conductores conocieron el propio viernes que estaba prohibido aparcar en zona SER salvo los residentes”, manifiesta Aguirre.
A su vez, Pedro Sánchez se muestra partidario de las medidas adoptadas por el Ayuntamiento de Madrid aunque a su juicio cree que “Carmena tiene que mejorar la comunicación”. La alcaldesa ha asegurado que «interpretó mal» las informaciones que recibía, «aunque pasé todo el día pendiente del whatsapp y del grupo operativo»
Por el contrario, el Ayuntamiento de Madrid cree que no es necesario informar a otras administraciones como el Ministerio de Fomento o la Comunidad de Madrid, y defiende que han hecho bien su trabajo. Carmena avisa que si la calidad del aire no mejora “se va a prohibir el acceso del 50% de los vehículos a cualquier zona que comprensa el interior de la M-30 madrileña”. Será el temido «Escenario 3».