Desde que se descubrió la trama Gürtel, Arganda ha sido señalada como uno de sus epicentros. En el horizonte del municipio aparece una deuda de 156 millones de euros, un polideportivo fantasma, alcaldes imputados… Para borrar cualquier rastro de la corrupción y rehabilitar una de las zonas con menor proyección de la Comunidad de Madrid aparece hace cinco meses Guillermo Hita. El socialista logró la Alcaldía del Municipio contra todo pronóstico al recibir el apoyo de Ciudadanos, Izquierda Unida y Arganda Sí Puede. Tras muchos años en la oposición, el nuevo alcalde socialista mantiene un discurso de transparencia y cambio. Aunque reconoce que «no es fácil» gobernar junto con otras tres fuerzas políticas. se fija el objetivo de borrar cualquier huella de corrupción del Municipio. Sólo lleva cinco meses en el cargo y a pesar de encontrarse un «despacho vacío» no desespera y afirma que su partido es el «partido del cambio».
– Se han cumplido los cinco primeros meses desde su llegada a la Alcaldía. ¿Qué balance hace de su legislatura hasta el momento?
– Aparentemente, parece poco tiempo, pero da la sensación de haber sido alcalde de este Municipio durante toda la vida, porque los vecinos en general me piden y me exigen que vaya con más rapidez de la que voy. Creo que podríamos ir un poco más rápido en los cambios. Hay muchas cosas que hay que cambiar… No sé si es autoexigencia, pero se podrían haber hecho las cosas más rápidas, aunque nos hemos encontrado con varios problemas. La situación económica del Municipio es el principal escollo que nos hemos encontrado y ha hecho que algunos proyectos no se hayan podido desarrollar.
– ¿Qué se encontró cuando llegó al Ayuntamiento el primer día? ¿La situación era más desoladora de lo que esperaba?
– Lo primero que me encontré es un despacho vacío, no había ni un solo papel. Un despacho en bruto. El ordenador no arrancaba por casualidades de la informática… Cuando necesitas un ordenador no arranca y cuando hay un cambio de alcalde, tampoco. Ha sido después del verano cuando hemos podido ahondar en el problema del municipio, que es la deuda de 156 millones de euros. El gobierno saliente tenía un criterio diferente al nuestro de deuda, porque para ellos la deuda era la que se tenía asumida. La deuda total es de 156 millones de euros y había declarada 114 millones de euros. Esos millones, por ejemplo, salen de la deuda histórica que tenemos con el consorcio de transportes o la tasa de los bomberos.
«Cuando llegué me encontré un despacho vacío»
– ¿Qué medidas se han tomado o se van a tomar para reducir la deuda?
– Un Ayuntamiento con un presupuesto de 60 millones de euros no puede asumir una deuda de 114 millones de euros a bancos. Tendríamos que pagar 16 millones de euros cada año, no se puede. Queremos pagar nuestra deuda, pero en un plazo razonable.
– ¿Ha vivido el Ayuntamiento de Arganda del Rey por encima de sus posibilidades?
– Muy por encima de sus posibilidades. Por poner un ejemplo, aquí en Arganda se vendieron unos terrenos por los que ingresaron 77 millones de euros y en la actualidad además de no estar esa cifra tenemos una deuda de 156 millones de euros. Ha sido un despilfarro descomunal. Quizás teníamos posibilidades, pero nos hemos gastado las posibilidades y mucho más.
– ¿Ha sido el PP de Arganda del Rey una marioneta de las empresas privadas relacionadas con la Gürtel?
– Lo único que tengo que decir de la Gürtel es que la decisión de los jueces respecto al tema está próxima. El Sumario está en elaboración. Estamos esperando a que se cierre el sumario y se celebré el juicio, que yo estoy seguro que lo habrá. Si me piden opinión de estos doce años y de la Gürtel me remito a lo que digan los jueces.
– Para muchos ciudadanos Arganda del Rey es sinónimo de corrupción, ¿pasará mucho tiempo hasta que puedan borrar esta huella del municipio?
– Yo lo que quiero es que pase el menor tiempo posible. Quiero que Arganda sea reconocido por tener un polígono industrial pujante, una economía saneada, que seamos un referente en la zona del sureste de Madrid por los equilibrios sociales, que tengamos una actividad deportiva envidiable… Quiero borrar toda esa relación entre la corrupción y Arganda.
«La Comunidad de Madrid nos ningunea»
– Ustedes gobiernan gracias al apoyo de Ciudadanos, Izquierda Unida y Arganda Sí Puede. ¿Es complicado gobernar en esta situación?¿Cree que la política de pactos es necesaria?
– Hay que decir que fácil no es porque hay que buscar un equilibrio con varias fuerzas políticas que tienen sus propios principios e ideologías, pero hasta ahora lo estamos consiguiendo. De hecho, todas las propuestas de todos los partidos políticos que se han llevado a los plenos desde que soy alcalde se han aprobado.
– ¿Cómo fue la reunión que mantuvieron los alcaldes del Eje del Sureste de la Comunidad para relanzar la actividad económica de la zona? ¿Se sienten discriminados por la Comunidad de Madrid?
– Todos los alcaldes del Sureste nos sentimos rotundamente discriminados, incluso alcaldes del partido Partido Popular. Es decir, no es una cuestión política sino algo territorial. Nos sentimos discriminados como comarca. El Plan Activa Sureste cuenta con 200.000 euros para en 2015 y para 2016 no hay ni un céntimo presupuestado, nos sentimos ninguneados. Somos la Comarca con la menor renta per cápita por habitante de la Comunidad y necesitamos inversión.
– Hace poco escribió en su cuenta personal de Twitter una cita de Geroge Bernard Shaw que decía: “El progreso es imposible sin el cambio, y aquellos que no pueden cambiar sus mentes no pueden cambiar nada”. ¿Representa su partido el cambio? ¿Por qué?
– Sí. En Arganda hablamos del cambio seguro. Es decir, un cambio sin saltos al vacío y vueltas espectaculares.
– ¿Prevé desarrollar planes urbanísticos en Arganda tan vertiginosos como los que hubo en el pasado?
– No. Nosotros planteamos un modelo de ciudad sostenible, ordenado. No queremos que Arganda del Rey sea una ciudad dormitorio.
– ¿Qué aspecto le gustaría que tuviera la ciudad al final de su mandato?
– Lo primero que quiero es que la ciudadanía piense que Arganda ha cambiado para bien. Deseo que la gente se sienta cómoda y orgullosa de su pueblo. Es decir, progreso y cambio.