“Siento que la gente se precipita en hacer juicios”, asegura el coordinador de la comunidad islámica de España, Mohamed Ajana Elouafi. Y los dice con dolor cuando oye cómo se relaciona a la comunidad musulmana con los actos terroristas ocurridos en París. “No queremos dar calificativo de islámicos a esos colectivos”, sentencia enfurecido.Y se esmera en explicar y entender cómo algunas personas actúan en nombre de Alá en vano.
Una gran parte de los musulmanes sienten «un doble dolor». Así lo expresa Helal-Jamal Abboshi, el presidente de la comunidad musulmana en Madrid y secretario general de la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE). “Doble dolor” por la pérdida de vidas humanas y por aquellos que relacionan los hechos ocurridos en la capital francesa con los musulmanes. Abboshi relata a Estrella Digital que los musulmanes son “una parte de los españoles y hemos participado en todo” en el desarrollo de este país. La directiva de la mezquita fue a la Embajada de Francia en Madrid y firmó el libro de condolencias, por todas las víctimas por el atentado yihadista.
Mezquitas en Madrid
La capital tiene entre sus cientos de mezquitas a la más importante de España, el Centro Cultural Islámico (CCI) de Madrid, más conocida como Mezquita de la M-30, por su cercanía a la circunvalación madrileña. “Es la más grande de Europa después de la de Roma”, relata a este periódico Sami El Mushtawi, jefe del departamento de cultura del CCI. Su director es el encargado de establecer las propias actividades del centro, como la biblioteca, las clases de árabe o la enseñanza del Corán, que se llevan a cabo desde 1992.
En Madrid está la segunda mezquita más grande de Europa
La mezquita en la que trabaja el secretario general es la más antigua de la capital, se construyó en 1988 y “es española 100%”. Se la conoce como Mezquita Central, pero su verdadero nombre es Mezquita Abu Baker Assidiik y está en la calle Anastasio Herrero, entre los barrios de Estrecho y Tetuán. Este último fue un barrio que nació al acampar allí las tropas que acudían a la guerra de África, donde acabaron quedándose los comerciantes marroquies que acompañaban a los soldados. Hoy es uno de los puntales de la población musulmana en Madrid.
Al abrir la puerta de la mezquita hay una carnicería que conduce, mediante unas escaleras, a la sala de rezo masculino. Antes se pasa por un habitáculo en el que los hombres se descalzan. A la derecha de la sala de rezo hay una sala de conferencias con varios ejemplares del Corán. Una planta más arriba, la sala de rezo para mujeres -con el mismo espacio para que se despojen del calzado- ,cocina y despachos. En la planta baja, un patio exterior repleto de alfombras. Allí se respira un ambiente de paz y tranquilidad, en el que solo hay lugar para el rezo y la devoción.
El presidente de la comunidad musulmana en Madrid relata que allí hay cabida para todos, tanto hombres como mujeres, igual que en el resto de mezquitas. Aunque la realidad es que el número de féminas es muy inferior, algo que se nota en las dimensiones de las salas. Alí, el Imán de la Mezquita Al Huda, en la calle del Oso, en Lavapiés, otro de los barrios con mayor población de este colectivo, cuenta a este diario que casi no acuden mujeres, aunque hay una sala separada para ellas en caso de que asistan. Su mezquita es un lugar discreto, sin ningún cartel o nombre en la calle que dé a entender que se trata de un centro de rezo. Quienes acuden a orar son feligreses asiduos al lugar, que no necesitan un anuncio en la puerta para saber qué se hace allí.
Abu Baker recibe a gran cantidad de fieles, en especial los viernes, día en que las dos salas de rezo y el patio exterior se llenan de creyentes. Unos rezos que deben hacerse cinco veces al día, pero no siempre a la misma hora, puesto que ésta varía dependiendo del sol. Los musulmanes deben rezar orientados hacia el Qibla, que es la primera mezquita sagrada de La Meca y el dogma dice que deben rezar en colectivo, aunque no siempre es posible. Mohamed está contento con los avances tecnológicos, ya que ahora hay aplicaciones móviles que orientan hacia La Meca, sin necesidad de guiarse por el sol. El buen musulmán debe orar cumpliendo cuatro condiciones: limpieza de la ropa, del cuerpo, del lugar y la correcta dirección. Es disculpable no cumplir alguna, explican los imanes, siempre que el individuo se haya esforzado en “hacerlo lo mejor posible”.
Religión
En España hay cerca de dos millones de musulmanes. Una población que aumentó un 7,2% en 2014, según un Estudio Demográfico de la Población Musulmana. Cataluña, Andalucía, Madrid y Valencia son las comunidades con el mayor porcentaje de musulmanes, y a pesar de que son un colectivo muy devoto, Mohamed dice que “solo entre el 25 y el 30 por ciento acuden a la mezquita”. Estos centros de rezo suman 1.459 en toda España, según datos extraídos del Ministerio de Justicia, una cantidad insuficiente si todos los practicantes acudiesen a ellos.
La mayoría de las mezquitas o centros de rezo se autofinancian
Las mezquitas o centros de oración tienen unas actividades fijas como los cinco rezos diarios, el sermón del viernes -día más importante para el colectivo- y las charlas los sábados; se hacen más cosas, como clases de árabe a los niños y apoyo escolar para aprender a leer el Corán. Estos lugares de rezo se abren gracias a los propios creyentes, quienes se encargan de buscar un imán -persona encargada de dar los sermones- y la financiación. Mohamed Ajana sigue explicando que el proceso se completa con dos trámites: “Ante el Ministerio de Justicia como entidad religiosa, y una licencia urbanística por el Ayuntamiento”. Este segundo trámite suele presentar algunos problemas, que suelen surgir de parte de los vecinos, “que piensan que una mezquita en su barrio baja el valor de sus viviendas”.
Son los propios fieles quienes, voluntariamente, donan dinero para que puedan continuar las actividades de sus centros. Pero no siempre llega con el altruismo de los fieles, el propio Alí reconoce que hay escasez, porque la ayuda no es obligatoria. Una dificultad que no tienen en el CCI, ya que está financiado por la ONG Liga del Mundo Islámico, tal como reconoce El Mushtawi a Estrella Digital.
Mensaje de tranquilidad
A pesar de la preocupación ciudadana por los atentados ocurridos en París, Mohamed Ajana Elouafi dice que no ha notado que haya mayor reticencia hacia ellos. “En España suelen conocer a la gente y saben diferenciar la acción criminal”, respira tranquilo el coordinador. Declaración que comparte con el jefe del departamento de cultura de la Mezquita de la M-30: “Gracias a Dios la gente nos conoce bien” y sienten el apoyo de los vecinos. Abboshi habla sobre el escenario actual: “Miedo no tenemos, preocupación un poco” y pide “que la gente se siente con nosotros y nuestros problemas” igual que ellos lo intentan hacer. El imán quiere dejar claro que su libro, el Corán, prohíbe cualquier acto terrorista: “Es el primer pecado del mundo. Lo que ha pasado hace que nos sintamos mal, porque el islam no tiene nada que ver”.
Desde el CCI, El Mushtawi quiere aclarar que ellos, los musulmanes, no tienen nada que ver con los actos terroristas: “Hemos condenado todo lo pasado. Nos duele mucho que lo vinculen”. Y pide a la población que “no tengan miedo del islam y de los musulmanes”.