El regreso triunfal al mundo de la noche de Miguel Ángel Flores ya tenía fecha: la noche del 31 de diciembre, la discoteca Macumba situada en el el ático de Chamartin iba a reabrir sus puertas con motivo de una fiesta gay denominada 'inShock!'. De hecho, ya había publicidad del evento en internet e información relacionada con el precio de las entradas. La reapertura de la sala Macumba era la joya de la corona de un megaproyecto de la empresa Eurotransac, mercantil del Grupo Alonso, y que tenía en la sombra y agazapado a Miguel Ángel Flores, principal imputado del caso Madrid Arena.
El servicio de Disciplina Urbanística del Área de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento de Madrid ordenó el 3 de diciembre, la paralización de las obras de la sala Macumba por carecer de licencia. Pero esta no es la única obra que ha mandado detener el consistorio. También se ha dictado orden de paralización de las obras en un bar-restaurante propiedad Eurotransac, situada en las inmediaciones de Macumba, y que también carecían de licencia.
Eurotransac solicitó en julio una licencia de obras para incrementar el aforo del local, que en la actualidad es de 800 personas, hasta casi 1.500. El Ayuntamiento ha requerido la documentación complementaria a la empresa para poder emitir el correspondiente informe de viabilidad. Esta documentación no ha sido aún aportada, por lo que la licencia está en fase de tramitación.
Además, en la misma visita de inspección, los técnicos municipales comprobaron la inexistencia de licencia de funcionamiento en otros dos locales de Eurotransac situados también en las inmediaciones: un centro de negocios y una sala de exposiciones. Para regularizar la actividad de ambos locales, el Ayuntamiento de Madrid ha notificado la audiencia previa al cese de actividad. La empresa contará con 15 días para hacer alegaciones previas al posible cese de las actividades que ejercen.
El terreno en que se ubica el negocio es propiedad de Adif, gestor de infraestructuras ferroviarias, aunque a finales del pasado año Eurotransac (Grupo Alonso) se llevó el concurso del mismo por 7,7 millones de euros, una oferta que superaba las expectativas de Adif, que pedía una inversión de 5,5 millones de euros. En el pliego de condiciones se recogía que las discotecas, gimnasios, hoteles o salas de fiestas quedaban excluidas de las posibles actividades que se pudieran desarrollar en el ático.
El proyecto siempre se ha 'escondido' bajo el nombre de MEEU (Madrid Exposiciones y Eventos Urbanos). En un principio, sus 33.000 metros cuadrados pretendían dar cabida a autores y a exposiciones poco conocidas. Pero las obras en la discoteca Macumba y en el terreno donde antes se encontraba la terraza D-Green mostraban una realidad bien distinta.
Estrella Digital se personó varias veces en el terreno para intentar hablar con el arquitecto encargado de de la obra, pero no obtuvo respuesta. Tampoco hubo constestación a los emails y a las llamadas a la empresa Eurotransac. El hermetismo y el secretismo rodeaban a un proyecto al que sólo la indiscreción de los operarios podía poner en riesgo. De hecho, fueron algunos obreros los que destaparon las verdaderas intenciones de Miguel Ángel Flores. El terreno se convertirá «en un restaurante»; «una sala de fiestas al aire libre» o en «un lugar de ocio», son algunas de las declaraciones de los trabajadores allí presentes.
Tres años y ningún culpable
Se van a cumplir tres años de la tragedia del Madrid Arena y las familias de las cinco adolescentes que perdieron la vida en aquella terrorífica noche siguen esperando que se haga justicia. De momento, no se ha encontrado a ningún culpable, entre otras cosas porque el juicio se celebrará el 12 de enero de 2016. Es decir, tres años y medio después del drama. Entre los acusados se encuentra Miguel Ángel Flores, promotor de la fiesta de Halloween de aquel 31 de octubre de 2012. En la actualidad, se encuentra en en libertad provisional bajo fianza de 200.000 euros, pero con muchas ganas de volver a hacerse un nombre en la noche madrileña en el ático que tantos éxitos le dio en épocas anteriores. De momento, su regreso tendrá que esperar.