Este domingo, la plaza de Toros de las Ventas daba el pistoletazo de salida a una aventura ligera de ropa en el suburbano de Madrid. Justo en el momento en que los vagones cerraban sus puertas, los participantes comenzaban a quitarse los pantalones ante la atónita mirada del resto de viajeros, dejando la vergüenza y los pudores en el andén. Con total naturalidad, escuchando música o leyendo un libro, continuaban su trayecto hasta el destino final, Plaza de España.
La historia de esta iniciativa se remonta a 2002, en Nueva York, cuando un grupo de siete chicos decidieron improvisadamente quitarse los pantalones en el metro. ‘No Pants Subway Ride’ ha ido creciendo hasta convertirse en una celebración internacional. Más de 40 ciudades en el mundo se suman a esta iniciativa como Londres, Berlín, Pekín o Madrid, celebran el mismo día esta acción.
“No existe ningún tipo de reivindicación. Se trata de un ‘flashmob’ que se organiza a través de las redes sociales. Personas desconocidas se reúnen en un punto de encuentro para desarrollar la acción”, afirma Patricia Aragón, una de las organizadoras del evento.
«Aceptarte como eres»
Dante Pérez es uno de los participantes que se suma a la iniciativa “para pasar un momento divertido, conocer gente y demostrar que no tenemos vergüenza”. Considera que todo el mundo debería hacerlo para «no sentirse prisioneros de sus miedos, del qué dirán. No tienes que depender de lo que digan los demás sino aceptarte tal y como eres”.
Pero las cosas no siempre han salido según lo previsto, mucho menos teniendo en cuenta que el Metro es un servicio público en el que no todos los viajeros se toman bien que otros vayan sin pantalones. “En una ocasión nos echaron del metro porque se quedó un chico solo en el vagón con una señora, que empezó a gritar ¡hay un exhibicionista! El tren se paró y los guardias nos pidieron que bajásemos. Les hicimos caso y nos subimos en otra estación para continuar con nuestro trayecto”, explica Patricia Aragón.
«Muy, muy divertido»
“¿Qué hacen?¿Se les ha ido la olla?”, es lo primero que ha pensado María Elena García, una joven viajera, tras ver que subían pasajeros sin pantalones. Su amiga Andrea Cabanillas cuenta a Estrella Digital que “no entendía nada y más hoy con el frío que hace, pero me parece muy bien y muy divertido”, Aunque ninguna de las dos se sumaría a la iniciativa por vergüenza, afirman que “nos parece muy bien que expresen su libertad de esta u otras maneras”
Los requisitos para participar son muy sencillos: hay que estar dispuesto a quitarse los pantalones y llevar ropa interior adecuada (excluyendo tangas, slips ajustados, o ropa interior con mensajes inapropiados), y muchas ganas de pasarlo bien y conocer gente.