jueves, noviembre 28, 2024
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Un agente que estuvo en el Madrid Arena afirma que se les fue »de las manos»

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Un Policía Nacional que asistió como público a la fiesta del Madrid Arena ha relatado en el juicio que llamó al 091 por teléfono para pedir refuerzos policiales tras la avalancha mortal, ya que el asunto era «más grave» de lo que parecía y a la organización se le había «ido de las manos completamente».

Así lo ha recordado en su declaración en la sesión que se celebra este martes en la Audiencia Provincial de Madrid, donde se juzga a los presuntos responsables de la tragedia sucedida la noche de Halloween de 2012. El agente asistía junto con otro compañero a la fiesta como público y en un momento de la noche vio que algo pasaba en uno de los vomitorios, y pensaron que podría ser una pelea.

«No quisimos entrar porque había personas de seguridad. Vimos que no era pelea y nos pusimos a intervenir. Vi personas con peto amarillo. Intentamos ayudar. Los teléfonos estaban colapsados. Lo primero era ponerlo en conocimiento del personal sanitario», ha narrado añadiendo que había varios controladores de acceso «desencajados» y «corriendo de un lado para otro».

Uno de ellos le comentó que si podría ir a ayudar a otro agente que estaba practicando a una de las chicas que más tarde falleció un masaje cardiaco. Tras ver la gravedad del asunto, llamó al 091 y pidió que mandaran indicativos de antidisturbios, ya que el asunto era «más grave de lo que parecía». «Se les había ido completamente de las manos. Tenía que venir alguien a ayudar a resolver lo que pasaba», ha reseñado.

El policía fue a ayudar a Mario G.C., el agente que media hora antes había logrado liberar a una de las víctimas de la avalancha. El agente ha dicho que la chica podría ser Rocío Oña, aunque los abogados creen que se refiere a Belén Langdon, ya que ésta es la única que no estuvo en la enfermería.

Al llegar a uno de los vestidores, compaginó con su compañero las tareas de reanimación cardiopulmonar. En la sesión, Mario ha relatado que dejó a la víctima encima de una de las barras de bar que había en el recinto para atender a la joven ante la ausencia de personal sanitario.

Otro de los policías nacionales ha señalado que los controladores de acceso iban de negro con un peto amarillo, sin recordar si llevaban algún tipo de identificación. Además, ha comentado que ayudó con las labores de reanimación, ya que es una tarea complicada.

«La situación era descontrolada. El aforo era demasiado grande. Requerimos ayuda policial y sanitaria», ha agregado. «No encontré a nadie responsable de coordinar todo aquello. Pensé en un momento que podía pasar lo que ocurrió», ha espetado.

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