La pelea multitudinaria entre bandas latinas en los aledaños de la Puerta del Sol, en pleno centro de Madrid, que acabó en la noche del sábado con la muerte por una puñalada de un joven de 15 años, podría haberse evitado. Según afirman fuentes policiales, la proliferación de este tipo de actos es consecuencia de la desaparición de la unidad de inteligencia de la Policía Municipal, la SECAI (Sección de Coordinación y Análisis de Información), unidad de élite que contaba con efectivos formados por el Centro Nacional de Inteligencia y cuyo cometido era anticiparse a este tipo de sucesos.
La SECAI, explican las fuentes consultadas, tenía entre sus misiones controlar a los miembros de las bandas latinas y grupos ultras que operan en la capital. Muchas veces actuaba como el ‘faro’ de la también desaparecida UCS, la unidad municipal de antidisturbios, que era avisada con 72 horas de antelación de la inminencia de altercados entre los miembros de los grupos violentos. El desconocimiento y el miedo de los responsables del área de Seguridad del actual equipo de Gobierno al comprobar al nivel que había adquirido la unidad fueron las dos claves para suprimirla, aseguran las mismas fuentes.
El trágico desenlace de la pelea del pasado fin de semana entre bandas latinas ha provocado indignación en el seno del cuerpo de la Policía Municipal. Sus miembros consideran que éste, y muchos otros casos, se podrían haber evitado si el actual equipo de gobierno no hubiera suprimido una unidad que trabajaba conjuntamente con la Policía Nacional, la Guardia Civil y que ha llegado a colaborar con la Interpol. La SECAI la conformaban unos 15 agentes. En la actualidad, ha dejado de estar operativa y sus miembros han quedado relegados a labores burocráticas.
Formación de élite
Los miembros de esta unidad de inteligencia tenían una información igual a la que podría tener un espía. De hecho, muchos de ellos eran formados en la sede central del CNI. Su principal función era detectar actuaciones de los grupos violentos de la capital antes de que pudieran pasar a mayores. Sus fuentes eran muy fiables y -según detallan a EstrellaDigital antiguos componentes de esta unidad- de una manera discreta han evitado cientos de peleas y reyertas entre grupos ultras y bandas latinas.
La infiltración era uno de los procedimientos que que utilizaba la SECAI para conseguir información y evitar enfrentamientos entre bandas contrarias o grupos de extrema derecha e izquierda. Los mismos agentes que antes pasaban inadvertidos entre los Ñetas, los Latin King o los Trinitarios, patrullan ahora uniformados por distritos que están colonizados por estos mismos grupos. “Pueden ser reconocidos en cualquier momento y correr peligro su integridad y la de su familia”, afirman fuentes policiales.
La SECAI también se introducía en este tipo de círculos violentos a través de las redes sociales. Con la llegada de las TIC (Tecnologías de la información y la comunicación), la captación de nuevos adeptos a estos grupos violentos se hacía en su gran mayoría a través de internet. Por este motivo, había efectivos de la unidad que se dedicaban en exclusiva a ganarse el respeto y la confianza de sus líderes en redes como Twitter o Facebook.
Emblema de la SECAI
“En muchas ocasiones, miembros de las bandas latinas mandaban tuits a agentes de la SECAI sin saberlo. De esta manera, se conocían con mucha antelación posibles peleas o ajustes de cuentas. Sabíamos hasta la cantidad de armas que iban a llevar”, declara una fuente policial que conocía a fondo esta unidad.
Trabajo silencioso y disuasorio
La SECAI era, de hecho, los ojos y oídos de la policía de distrito y de las UCS. La información interceptada por la unidad de inteligencia era utilizada después para realizar intervenciones discretas que permitían conjurar ciertas amenazas, sin levantar ruido mediático. El lugar donde supuestamente se iba a desarrollar la pelea se reforzaba con una gran presencia policial, que conseguía con su simple comparecencia evitar que la cosa fuera a mayores. Su trabajo disuasorio ha sido silencioso y había permitido hasta la fecha anestesiar el problema de las bandas latinas en la capital, entre otras actuaciones.
Por su parte, el Ayuntamiento ha decidido afrontar el problema de las bandas latinas desde otro prisma: la integración social. Desde el Consistorio explican que apuestan por la figura del mediador y por iniciativas como dar a los jóvenes vías de participación social, reconocerles su identidad o facilitarles contactos con otros grupos juveniles y con la sociedad. Además descargan todo el trabajo relacionado con la prevención en la recién creada Unidad contra los Delitos de Odio.
La violencia que tuvo lugar la pasada noche del 5 de marzo podría ser sólo la primera de una larga oleada de peleas y reyertas, según fuentes policiales. “Seguro que se va a producir una respuesta para vengar la muerte del miembro caído. Hay que estar atentos para evitar que ésto se produzca”, sentencian agentes conocedores de la situación.