lunes, septiembre 23, 2024
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El amianto amenaza la salud de cientos de niños de un colegio de Galapagar

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Los alumnos del colegio San Gregorio, en Galapagar, llevan años respirando fibras de amianto. El mal estado del tejado del gimnasio del centro educativo es el causante de que cientos de niños se estén jugando su futura salud al respirar, día sí día también, un material que debía haber sido retirado por ley en el año 2013. El amianto no es el único obstáculo a salvar por los menores. Unas tuberías de plomo con más de 40 años de antigüedad y un aislante de ventanas en mal estado han hecho que asistir clase se convierta en una misión de riesgo.

El amianto es un es uno de los componentes del fibrocemento, un material de construcción que en España fue comercializado por la empresa Uralita. El material sólo es tóxico si se encuentra flotando en el aire. Es decir, pulverizado. La continua exposición a él puede crear graves problemas de salud a largo plazo. Entre las enfermedades más comunes que se relacionan con el amianto destaca el cáncer de pulmón.

En un principio, los niños del colegio San Gregorio no deberían de tener problemas porque la uralita de sus instalaciones se encuentra en un tejado y se presenta de una manera sólida. Pero los años no pasan en balde para nada ni nadie. El paso del tiempo y el temporal han hecho mella en una cubierta que se encuentra cada vez más deteriorada. Las fibras de amianto sobrevuelan y contaminan el aire de alumnos con edades que comprenden entre los tres y los quince años.

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Tanto el AMPA, Galapagar en Común y el resto de grupos de la oposición han denunciado la situación y han solicitado una solución inmediata. Hasta el momento, el Partido Popular, que es quien gobierna en la localidad madrileña, ha hecho caso omiso a las peticiones de los padres en cuanto a la retirada del amianto y se han centrado en la reparación del patio del colegio, que también se encontraba en un estado deplorable. Una medida más popular y más visible.

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“Desde 2013 este material está prohibido en España. Ahora no pasa nada, todos los niños están sanos, pero ¿qué pasará con ellos dentro de 20 o 30 años?”, se pregunta Celia Martell, concejal de Galapagar en Común IU.

En este sentido también se expresa Blanca Cabrera, representante del AMPA del colegio San Gregorio. “Somos muy pocos los que hacemos fuerzas para cambiar el tejado. Esperamos que se realice en verano, pero no nos fiamos porque es sólo una promesa. No hay ninguna partida presupuestaria aprobada ni por parte del Ayuntamiento ni por la Comunidad de Madrid par arreglar el problema”, afirma Cabrera.

Consecuencias

El amianto pulverizado puede ocasionar graves daños pulmonares (asbestosis). Pasado un tiempo crea unas afecciones fibrosantes de la pleura y pericardio que provocan restricción respiratoria o cardiaca, desarrollándose una lista de enfermedades relacionadas con esta sustancia carcinogénica. De hecho, el Real Decreto 1299/2006 del 10 de noviembre, aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en el sistema de la Seguridad Social y establece criterios para su notificación y registro y amplía la consideración de Enfermedad Profesional derivada de exposición al amianto.

En España, la mortalidad relacionada con la exposición al amianto ha aumentado en los últimos 10 años, pasando de 419 defunciones en 1992, a 795 en 2002 (259 por cáncer de peritoneo, 210 por cáncer de pleura, 196 por cáncer de pulmón y 130 por otras causas), según datos del Centro Nacional de Epidemiología. Además, se estima que del 2010 al 2040 el amianto será responsable de 45.000 a 55.000 muertes en España, según un estudio realizado por la Secretaría de Salud Laboral de Comisiones Obreras.

Una de las enfermedades más comunes derivadas por la exposición al amianto es el cáncer de pulmón. Al contrario de lo que ocurre con la asbestosis, que está correlacionada con la magnitud y duración de la exposición al amianto, el cáncer de pulmón puede aparecer aún con baja exposición al amianto, según un informe realizado por el Ministerio de Salud en 2013.

“Nos gustaría que alguien realizara un informe de en qué estado real se encuentra el techo del colegio y si nuestros hijos corren un verdadero peligro si siguen respirando ese aire cada día”, alega Blanca Cabrera.

Un colegio lleno de trampas

Si los alumnos del colegio San Gregorio logran acabar su etapa escolar sin ninguna enfermedad será fruto de casualidad porque el amianto no es la única amenaza para su salud. También existen unas tuberías de plomo de un material que “no está homologado”, según Celia Martell. Blanca confirma esta teoría y afirma que el colegio tiene más de 40 años de antigüedad y que algunos materiales que no deberían de tener una vida de más de 30 años todavía no han sido cambiado ni renovados.

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La calefacción del centro, junto al pobre aislamiento de las ventanas, han hecho que las facturas se disparen porque han de poner a pleno rendimiento los aparatos calentadores y que muchos niños no puedan desprenderse de su abrigo durante las clases. “A las aulas de arriba no llega el calor y muchos críos no pueden quitarse el abrigo porque pasan mucho frío”, afirma Blanca Cabrera.

Por último, destacar que el sistema eléctrico del centro ha sido cambiado recientemente porque durante una inspección de la Comunidad de Madrid se determinó que había un alto riesgo de incendio debido al deplorable estado de la instalación.

Por todos estos motivos, muchos padres y madres de los alumnos del colegio San Gregorio se plantean la posibilidad de cambiar a sus hijos de centro educativo si el Ayuntamiento no cumple su promesa de cambiar el techo infectado de amianto este verano.   

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