Son los sabios de la Policía Municipal de Madrid, acumulan más de 25 años al servicio del ciudadano y dentro del cuerpo se valora y se alaba su experiencia. Pero Carmena no comparte la misma visión de sus agentes mayores de 55 años y los aparta a labores de vigilancia de edificios públicos a pesar de poder realizar otras 24 funciones no operativas, según recoge el acuerdo firmado entre el Consistorio y los sindicatos policiales. En la actualidad, existen más de 1200 policías mayores de 55 años o con una enfermedad que le imposibilita seguir en la calle y realizar funciones operativas que han visto como su futuro pasa por vigilar la fachada de un inmueble público…
Desplazados por resultar un lastre para el resto. Así es como se sienten la mayoría de los policías de más de 55 años del cuerpo municipal. Los 'mayores' deben elegir entre realizar unas pruebas de esfuerzo para poder seguir realizando funciones operativas o quedar relegados a labores de vigilancia. Al final, la mayoría de ellos acaban destinados en la Unidad de Seguridad Patrimonial, según afirman fuentes del CSIT.
La situación no sólo ha generado malestar entre los afectados. Las centrales policiales también han mostrado su enfado ante una situación que agrava el problema histórico de déficit de personal que sufre el gremio. «Hay muchos policías en edad operativa que están realizando labores no operativas porque falta personal en todas las unidades de distrito», afirma José Francisco Horcajo, portavoz del CSIT. «Este trabajo podría ser realizado por cualquier agente con más de 55 años o con alguna enfermedad que le incapacite patrullar la calle», prosigue.
Los sindicatos policiales exigen que se respete el acuerdo que firmaron con el Ayuntamiento sobre las funciones de los agentes en edad no operativa. En el documento se recogen 25 funciones entre las que destacan: gestión de la emisora, servicios dentro de la Unidad de Análisis Vial y Urbano, puestos burocráticos, control de penados o tareas de apoyo a los agentes tutores y mediadores. De todos modos, el problema es histórico porque, según relatan fuentes sindicales, el anterior consistorio también asignaban la vigilancia de los edificios públicos a los mayores de 55 años.
Poco respeto a las canas
El CPPM ya avisó el 26 de abril de 2015 de la falta de atención del Ayuntamiento a un grupo de agentes que representa el 20% de la plantilla total. Bajo el título «Ni las canas se respetan», la central calificó de «vergüenza» la oferta de puestos no operativos del Consistorio a los mayores de 55 años y a las personas incapacitadas para realizar funciones operativas.
Aunque la mayoría de las vigilancias de edificios públicos se realizan por dos o más agentes, hay ocasiones en que las dimensiones o la importancia del inmueble sólo requiere la presencia de un policía. En esos casos la labor se hace aún más cuesta arriba.
Destrucción de empleo
El sector privado también se ha visto afectado por estas medidas. En esta ocasión han sido las empresas de seguridad privada las que han tenido que despedir o reubicar a muchos de sus efectivos después de que el Ayuntamiento les ‘quitara’ las competencias de vigilancia de muchos edificios.
“Se han destruido muchos empleos porque antes este tipo de labores lo realizaban agentes de seguridad privada”, afirma Horcajo. Además, para el portavoz sindical el destinar a personal del cuerpo tan preparado es una manera desaprovechar su experiencia y sapiencia.
Por último, desde el CSIT recuerdan que el problema lejos de arreglarse puede empeorar en un plazo de no más de cinco años si no se aborda el problema de la escasez de agentes. “El 60% de los policías del cuerpo tienen más de 50 años, por lo que si no comienzan a ofertar más plazas acabaremos todos vigilando edificios”, sentencia Horcajo.