Con una plantilla de 140 empleados y una flota de 78 autobuses, la empresa argandeña es el único medio de transporte que conecta 23 municipios del sureste madrileño.
Pocas empresas de la Comunidad de Madrid pueden presumir de tener una historia y un papel tan importante en el desarrollo de la región como Argabus SA.
Con más de 80 años de viajes y cientos de miles de kilómetros a sus espaldas, los autobuses de Argabus conectan hasta 23 municipios del sureste madrileño. Una epopeya sobre ruedas que nació de la mano de Juan López López y de Félix Morcillo de la Fuente, en 1932. Cada uno con un taxi de nueve plazas que recorría los escasos 30 kilómetros que separan Arganda del Rey de Madrid.
Establecidos formalmente en 1954 como Autobuses López-Morcillo, aquellos dos emprendedores vieron poco a poco como sus servicios se ampliaban a más pueblos de la ribera del Tajuña, a la vez que el tren de Arganda –aquel que “pita más que anda”- dejaba de recorrer su sinuoso trazado.
Trayectos que los primeros autobuses de la compañía alternaban trasladando durante tres temporadas a los jugadores del Atlético de Madrid de los años 50 por toda la geografía. Un recuerdo que hoy permanece aún en la sede de la empresa, con dos grandes escudos del club del Manzanares entre los que se lee: “Un consejo yo os doy: que juréis esta bandera. Si no… manta y carretera”.
“La primera generación empezó esto, la segunda fue la del volante y nuestra generación es a la que el viajero exige las últimas tecnologías”, explica el consejero delegado de la empresa y nieto de Juan López, Juan Manuel López, que, junto a Juan Morcillo, los actuales directivos, que comparten con sus abuelos ese sentimiento de querer hacer las cosas mejor y de prosperar cada día dando el mejor servicio.
Una plantilla de 140 empleados
Desde aquellos “coches de viajeros”, que es como las abuelas siguen llamando a sus autobuses, la flota ha crecido hasta los 78 vehículos que ahora la componen. Su “alma” son sus conductores. Un equipo de 98 profesionales del volante que forman parte de ese pequeño pueblo formado por 140 empleados entre conductores, administrativos, reguladores del tráfico, mecánicos, taquilleros y personal de limpieza que ocupan las cocheras en la calle Real de Arganda.
Uno de ellos es Alfonso Pérez, que entró en la compañía con tan sólo 19 años y ya lleva 41. “Para mí es todo. Ha sido mi vida”, sostiene contento mientras explica que a él lo que le gusta es conducir y recuerda algunas anécdotas.
Entre risas, rememora aquella vez en que el autobús se llenó de cangrejos de río vivos que se le salieron a uno de los pasajeros de la bolsa, o cuando descubrió a ocho jóvenes ocultos en el maletero, ocultos para no pagar el billete, y les dejó encerrados hasta que les llevó al cuartel de la Guardia Civil. “Y tuve que ir a juicio porque la madre de uno me acusó de secuestro!”, evoca. Aunque tiene claro que si hay algo que ha cambiado, además de la tecnología de los vehículos, es la educación de los pasajeros, que ahora es “mucho mejor”.
Los jóvenes optan por el autobús
“El autobús llega donde no llega el metro”, comenta sonriente López a la vez que exclama “¡Viaje mejor, viaje en autobús!”. Y es que durante estos más de 80 años de historia, desde los primeros “morcillos” hasta los actuales vehículos modernos, la empresa ha sido el gran nexo de conexión entre los pueblos del sureste.
Una de sus usuarias “de toda la vida”, como reconoce, es María. Esta orusqueña de 70 años confiesa que “de no ser por “el Argabus” no podría salir de su pueblo, ni ir a Madrid a comer con sus amigas, ni tan siquiera comprar en Arganda productos que en su localidad no se venden”.
Un servicio que, según López, ha visto como los jóvenes llenaban el aforo de los autobuses tras implantar el Consorcio de Transportes la tarifa plana 20×20, que permite a los menores de 26 años desplazarse por toda la Comunidad por tan sólo 20 euros al mes. “Muchos estudiantes que antes utilizaban la ruta de transporte escolar, ahora les sale más económico usar el transporte público”, sostiene el Consejero Delegado.
Más de dos millones y medio de usuarios al año
Pero los jóvenes y los jubilados no son los únicos que utilizan los servicios de la compañía, que cada día transporta a cerca de 8.500 viajeros. En total, el año pasado, fueron 2.697.307 personas que no sólo buscan en Argabus un medio rápido y económico de llegar a Madrid o desplazarse entre los pueblos, sino una imagen de calidad, limpieza, seguridad y confort.
Cualidades que en la empresa se consiguen gracias a revisiones semanales de todos sus vehículos, como explica López: “Se revisan los 5 componentes básicos: frenos, suspensión, puntos importantes de la carrocería, la rampa de PMR –todos los autobuses están adaptados para personas con movilidad reducida-, así como las butacas y la climatización”.
La edad media de los autobuses está en 4 años, que en Argabus consiguen renovando hasta seis autobuses al año de entre todos aquellos que prestan servicio en sus siete líneas regulares. Al menos, el 20% de la flota son vehículos medioambientalmente especiales, bien sean híbridos o propulsados con gas natural comprimido. Una tecnología Euro6 que hace que no emitan emisiones contaminantes a la atmósfera.
Y es que lo que un día fue una idea de dos emprendedores, hoy es una de las empresas más importantes de la zona. En sus más de 80 años de historia ha visto cómo el humo negro del tren de Arganda se cambiaba por la modernidad del metro, pero también ha comprobado cómo los viajeros siguen confiando en Argabus como la mejor opción para desplazarse por el sureste de la Comunidad de Madrid.
José Casanate