El abogado peruano Victor Yoel Salas Cobeñas ha dicho este jueves estar «muy conmocionado y totalmente bloqueado» por la tragedia que se produjo ayer en su despacho del barrio de Usera, donde tres personas fueron asesinadas, dos de ellas empleadas de su bufete.
«Estoy muy conmocionado, obnubilado, totalmente bloqueado«, ha señalado el letrado que dirige el despacho Eurasia legal inmobiliaria, situado en el número 40 de la calle Marcelo Usera, dedicado a asuntos de extranjería en un barrio del sur de Madrid, en el que la población latinoamericana tiene una importante presencia.
Pero antes había sido fiscal en su país, donde llevó causas de secuestros o de tráfico de drogas, si bien el letrado no ha querido valorar la posibilidad de que se trate de un ajuste de cuentas.
«No quiero hablar de ello, no puedo, ahora mismo no estoy para prestar declaraciones porque la verdad, lo digo de manera sincera y tajante, estoy muy muy conmocionado«, ha explicado Salas Cobeñas.
El abogado, que no se encontraba en el piso cuando irrumpieron los asaltantes a media tarde de ayer, ha sido interrogado por la Policía para tratar de esclarecer lo ocurrido.
Ahora bien, una mujer que acudió junto a su cuñado alrededor de las 18.15 horas para citarse con el dueño del bufete, ha señalado que el letrado llegó a esa hora, porque fue él quien les abrió el portal, dado que estaban llamando a la oficina y nadie respondía.
Fue en ese momento cuando Salas Cobeñas abrió el portal y los tres juntos subieron al primer piso. Pero el hombre que acompañaba a la mujer se percató de que salía humo debajo de la puerta, aunque creyeron que era «porque alguien estaba fumando».
Sin embargo, el letrado salió corriendo escaleras abajo al ver el humo, sin percatarse de quien podía estar dentro de la oficina.
Apenas un par de minutos después, siempre según el relato de esta mujer, el abogado volvió al inmueble y esta vez sí abrió la puerta de su bufete, aunque nuevamente volvió a abandonar el edificio rápidamente. Allí se quedaron la pareja de clientes que se habían citado con él. Fue el hombre quien se puso a gritar si había alguien dentro porque, debido al intenso humo negro, no pudo entrar.
«Chicas, salgan, ¿alguien está ahí?», fue lo que vociferó el hombre mientras la mujer bajó a llamar a los servicios de emergencia.
Mientras tanto el abogado permanecía en la calle, frente al inmueble. «El abogado estaba muy nervioso, tuvimos que ser nosotros los que llamáramos al 112», ha precisado Esmi, que se encuentra en «estado de shock» porque podía haber sido ella la que hubiera muerto.
«Yo tenía cita a las 18.00 y el humo se veía reciente, podía haber sido yo», ha destacado.