Los vecinos del madrileño barrio de Usera tratan de recuperar la normalidad tras el triple crimen perpetrado en un despacho de abogados este miércoles por la tarde. La matanza se saldó con tres personas de origen latinoamericano asesinadas brutalmente.
El triple crimen está rodeado de muchos interrogantes y el grupo de Homicidios de la Policía Nacional no descarta ninguna hipótesis sobre el móvil de los asesinatos. Las dos principales líneas de investigación que hay sobre la mesa son la venganza contra el dueño del bufete o el ajuste de cuentas.
Los investigadores sospechan que fueron varios los autores del triple asesinato y que buscaban al dueño del bufete, Víctor Joel S.C., un abogado peruano que en su día ejerció como fiscal en su país, donde había llevado varias causas de secuestros o de tráfico de drogas. Concretamente, el letrado había denunciado en 2006 que una jueza peruana le pidió que manipulara un proceso judicial contra un narcotraficante de origen israelí.
Fuentes de la investigación han revelado que un hombre «raro» entró en el despacho de abogados preguntando por el jefe antes del triple crimen.
Los agentes del grupo de Homicidios de la Brigada de Policía Judicial de Madrid tratan de averiguar si ese individuo que entró por la tarde en el despacho, situado en el primer piso del número 40 de la calle Marcelo Usera, fue quien perpetró el triple homicidio o si más tarde accedió al bufete alguna persona más.
En cualquier caso, creen que el autor pudo ser ese hombre. De hecho, una de las trabajadoras asesinadas -la secretaria y una abogada- llegó a avisar por teléfono al dueño de que una persona de aspecto «raro» le estaba esperando.
Un incendio aletó a los vecinos
El suceso tuvo lugar poco antes de las siete de la tarde cuando los servicios de emergencia acudieron alertados por un supuesto incendio en un inmueble. Sin embargo, cuando irrumpieron en el piso se encontraron con una realidad muy diferente.
Un hombre de 42 años y de nacionalidad ecuatoriana yacía en uno de los despachos con un hachazo en la cabeza y al lado de un pequeño incendio con papeles y libros. Al parecer se trataba de un cliente del bufete. En otra de las dependencias, dos mujeres, una de ellas según los vecinos cubana y de nombre Marisa, de 35 años. Ambas empleadas se encontraban también yacían en el suelo, una de ellas degollada y la otra con un golpe en la cabeza.
Al igual que en el caso del cliente, en la sala donde se hallaban los cadáveres de las mujeres también había otro pequeño incendio. Según los servicios de emergencia, los tres fallecidos estaban parcialmente quemados porque el supuesto autor o autores prendieron pequeños fuegos previsiblemente para borrar huellas.
El despacho estaba regentado por un abogado que en su día ejerció como fiscal en Perú y que llevó casos de secuestros y tráfico de drogas. Ahora, ejercía como abogado en Madrid y llevaba fundamentalmente casos de extranjería en un barrio elegido por latinoamericanos y chinos para vivir. El hombre no se encontraba en las oficinas en el momento del crimen.
Samuel Jiménez | EFE