La Policía mantiene abiertas varias líneas de investigación sobre el triple crimen cometido el pasado miércoles en un despacho de abogados del barrio madrileño de Usera, y por ahora los investigadores trabajan divididos en cinco grupos que siguen sendas direcciones para llegar a su resolución.
Fuentes de la investigación han explicado que las pesquisas se siguen centrando en un ajuste de cuentas o en una venganza, pero se desconoce si de algún cliente del dueño en su país natal, Perú, de algún cliente o socio en España o de otra persona con la que hubiese tenido problemas.
Lo que si está claro es que el asesino no era un sicario profesional, sino una persona que tenía intención de hacer daño al dueño del bufete y, al no encontrarle, encolerizó y mató a las tres personas que encontró a allí, a golpes con una palanqueta que había en la oficina.
La resolución del caso no se prevé rápida, ya que las opciones son muchas al tener el abogado problemas con bastantes personas, según las fuentes, que han apuntado que puede pasar bastante tiempo hasta que se identifique y se cace al asesino.
El crimen tuvo lugar el pasado miércoles por la tarde en el bufete que Víctor Joel Salas tiene en el número 40 de la calle Marcelo Usera de Madrid, en el que una persona entró y mató a un cliente y a dos trabajadoras de origen cubano.
Según informaron fuentes policiales tras el crimen, un hombre «raro» y «extraño» entró en el bufete, preguntó por el dueño, un abogado peruano que como profesional de la judicatura en su país llevó casos vinculados con el narcotráfico, entre otros.
En España también defendía a personas relacionadas con la droga y a ciudadanos denunciados por la Ley de Extranjería.
Tras esa llamada el propio Víctor Joel y unos clientes encontraron en el despacho a las tres personas muertas
EFE