Insoportable. Esta es la situación en la que se encuentra la relación entre la Policía Municipal, la Dirección General y el Consistorio madrileño. El miércoles 29 de junio, durante una mesa de negociación mantenida entre los sindicatos y Andrés Serrano, director general de la Policía, las centrales avisaban de la falta de previsión y organización respecto a los turnos a realizar durante la fiesta del Orgullo Gay. El Ayuntamiento oyó las preocupaciones, pero oír no es lo mismo que escuchar y parece que esto último es lo que no han hecho en el Consistorio.
De nuevo, la improvisación ha vuelto a reinar en un gran despliegue policial, como ya ocurrió la semana pasada durante la celebración del festival Mad Cool, en la Caja Mágica. En este caso, los agentes municipales se han enterado en la mañana del 1 de julio al llegar a sus unidades de que tendrán que doblar turnos para cubrir las necesidades de servicio que requiere un evento como la fiesta del Orgullo Gay. Es decir, los policías deberán de realizar 16 horas de servicio seguidas.
Desde los sindicatos no denuncian la ampliación de su horario laboral porque entienden que están al servicio de la ciudadanía y que la fiesta del Orgullo Gay, que se prevé que atraiga a más de dos millones de personas, requiere de una operación policial especial. Lo que no entienden es el por qué toman este tipo de decisiones sin apenas tiempo de reacción y sin avisar antes a su personal.
«O son unos inútiles o lo hacen a mala baba», denuncia José Francisco Horcajo, responsable de Policía Municipal de Madrid del CSIT. Pero el enfado de las centrales y de todo el Cuerpo en general no sólo se ha desatado por la celebración del Mad Cool o la fiesta del colectivo LGT. «Llevamos mucho tiempo reclamando una mayor organización para grandes eventos. Por ejemplo, la Cabalgata de Reyes ya fue un desastre a nivel organizativo», explica Horcajo.
La improvisación de la que ha hecho gala la Dirección General de la Policía y el Ayuntamiento conlleva consecuencias que no solo afectan a los propios agentes, sino también a las familias de estos. Horcajo afirma que ha recibido muchas llamadas de policías que no sabes qué hacer con sus hijos: «Hay personas que no tienen con quién dejar a sus pequeños y están en un estado de nervios que es contraproducente a la hora proteger los intereses de la ciudadanía».
La medida ha hecho que incluso algunos policías se estén planteando ausentarse de su puesto de trabajo para poder atender a sus necesidades familiares, como puede ser el cuidar de sus hijos. Esto supondría una falta grave para el agente y podría incluso sufrir la apertura de un expediente disciplinario.
Pero los vástagos de los agentes no son los únicos perjudicados dentro del ámbito familiar. Los continuos cambios y extensiones de los turnos han acarreado divorcios y suicidios en el Cuerpo Local. «Hay mujeres y maridos de agentes que incluso han llegado a dudar de la veracidad de los turnos de 16 horas sin previo aviso. En algunos casos, la situación ha llegado tan al límite que ha terminado en divorcio», afirma el responsable de Policía Municipal de Madrid del CSIT. «Al final, una mala situación laboral, sentimental y laboral ha acabado en tragedia. Es decir, en suicidio», sentencia Horcajo.
A las calles
El problema surgido con los turnos durante la celebración del Orgullo Gay no llega en el mejor momento. La semana pasada, CPPM denunció que el Consistorio iba a privar a los policías municipales de disfrutar del horario de verano y que además no iba a compensar con una hora de menos de trabajo a los agentes que tuvieran hijos menores de 12 años, algo que sí ocurre con el resto de funcionarios del Consistorio. Las centrales volvieron a reunirse el miércoles 29 de junio para tratar este tema, pero volvieron a irse de vacío. La última oportunidad para alcanzar un acuerdo será el próximo martes 5 de julio. Si de esa reunión no sale un pacto definitivo, la Policía Municipal se plantea salir a las calles en señal de protesta.
El Ayuntamiento quiere promover la combinación de la vida laboral con la conciliación familiar, pero a tenor de sus últimas actuaciones parece que el Cuerpo Local no está entre los privilegiados que disfruten de estas medidas. Turnos de 16 horas y negarles una hora menos de trabajo a los agentes con menores de 12 años a su cargo, no son las mejores soluciones para compatibilizar los dos ámbitos.
«Vamos a dejar este fin de semana para que puedan reflexionar y estudiar nuestras propuestas en cuanto al horario de verano, pero si no logramos nada sí pensamos en salir a las calles para manifestarnos», afirma Horcajo.
Carlos Lospitao