Más de 26 años han pasado ya desde que el último quinto se despertase durante la 'mili' al son del toque de corneta. Ahora, el Ayuntamiento de Villar del Olmo acoge, desde hoy y hasta el próximo 11 de septiembre, la exposición ‘Quintos de Villar y alguna historia de la mili’, organizada por la asociación ‘Villar Vivo’, que recoge el impacto del servicio militar obligatorio en la localidad desde los tiempos de su fundación por el rey Carlos III.
África, Cuba, Filipinas o Puerto Rico fueron sólo algunos de los destinos de las decenas de villareños que durante cerca de dos siglos dejaron atrás su adolescencia y su forma de vida para cumplir con su obligación en el servicio militar. Experiencias imborrables de las que hoy son testigo las más de cien fotografías cedidas por los vecinos de la localidad y que componen una exposición que, como reconoce su comisario, Mariano Rivera, “hace que la gente se sienta protagonista de la Historia”.
Junto con las instantáneas, algunas de principios del siglo XX, los visitantes podrán contemplar la evolución del Ejército español a través de 10 uniformes. Desde una guerrera de un artillero de 1915, como el que actualmente luce la Guardia Real, a un uniforme de un legionario acuartelado en Ceuta en los años 70, pasando por un uniforme de alférez provisional de la postguerra o uniformes de gala.
Todo un paseo por la Historia de los tres Ejércitos a través de sus quintos, que comienza el 31 de abril de cada año con la colocación del “mayo” en la plaza del pueblo y la ronda a las jóvenes, y que acaba en la historia de cada uno de los objetos de la muestra. Hazañas como la del soldado villareño que sobrevivió al desastre del Fuerte del Viso, durante la Guerra de Cuba, y que trajo consigo una corneta que formó parte de la derrota del general Vara del Rey, o la de un machete de la Guerra de África, que ahora cruzan fronteras con la incorporación de fotografías y una máscara de gas de la revolución rumana contra Ceaucescu cedidas por algunos vecinos de origen rumano que también han querido plasmar cómo era la mili en su país.
La exposición cuenta además con objetos cotidianos de la vida en los cuarteles, material sanitario de principios de siglo, una gran cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, así como varios sables, uno de ellos perteneciente al Estado Mayor de 1909 y encontrado recientemente en la vecina localidad de Valdilecha. Pero también con armas como rifles utilizados por la República durante la Guerra Civil, dos fusiles Mauser o un subfusil de asalto Cetme.
Una muestra de “auténticas maravillas”, como reconoce el comisario de la muestra, que los vecinos de Villar del Olmo atesoran en sus casas, que constituyen parte de la Historia del pueblo y que ahora pueden ser contemplados por las nuevas generaciones y por aquellas que un día se despertaron y tiraron de la manta de sus vidas.
José Casanate