martes, octubre 1, 2024
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Los deberes de Manuela Carmena a su vuelta de vacaciones

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El 1 de septiembre, Manuela Carmena vuelve tras un descanso de 31 días sólo alterado por su presencia en las fiestas de la Paloma. Fue durante la celebración cuando la alcaldesa justificó la extensión de sus vacaciones hasta final de mes como una manera de «demostrar una actitud igual a la del resto de ciudadanos». El grupo municipal del Partido Popular celebró irónicamente la prolongación del descanso de la primera edil con la esperanza de que sirva para «pensar en nuevas ideas que atajen los verdaderos problemas de los madrileños». A su vuelta, Carmena se encontrará con cuatro grandes problemas: desbloquear los grandes planes urbanísticos, aprobar los Presupuestos Generales de 2017, mejorar la gestión de la Limpieza y recuperar la sintonía perdida con la Policía Municipal. El nuevo curso promete ser duro.

Con o sin síndrome postvacacional, Carmena debe afrontar gran número de cuestiones pendientes. La más importante es la limpieza de la ciudad. Durante los últimos meses, los grupos de la oposición se han mostrado muy críticos con la labor del Consistorio y su Servicio de Limpieza. Las calles de Madrid están sucias y las aceras de las arterias que dan acceso a las principales vías de la capital han sido invadidas por la basura. El grupo municipal del PP publicó hace algunos días un vídeo para mostrar el deplorable estado en el que se encuentran las aceras y calzadas de Madrid en verano, la época del año en que más turistas recibe la ciudad.

Para atajar esta problemática, el Consistorio baraja varias soluciones, la principal la creación de una empresa pública de Limpieza. El Ayuntamiento afirma que eso supondría un ahorro de más de dos millones de euros y una mejora en la eficacia del servicio. Sin embargo, la oposición alega que es inviable porque confronta con el techo de gasto del Consistorio fijado por el Ministerio de Hacienda. La primera edil nunca ha negado que uno de sus objetivos era municipalizar el Servicio de Limpieza, pero la realidad es que no sólo no lo ha conseguido, sino que hoy la ciudad está más sucia que nunca. Algo que Ahora Madrid atribuye a los contratos firmados por Ana Botella con empresas como Sacyr o ACS.

Proyectos encallados

El segundo escollo que Carmena deberá salvar al término de sus vacaciones es el de los grandes proyectos urbanísticos. Es el ‘debe’ por excelencia del equipo de Gobierno, que vuelve a culpar a la mala gestión del PP del retraso del comienzo de obras como la del Edificio de la Plaza de España, la Operación Chamartín o las Cocheras de Cuatro Caminos.

Poco más de un año en el poder no ha servido para desbloquear las grandes operaciones previstas para la capital. La obra entre las obras, la Operación Chamartín, que lleva más de 20 años encallada, no ha encontrado solución hasta el momento. El Ayuntamiento ha reformulado el proyecto bajo el nombre ‘Madrid Puerta Norte’ y ha intentado poner de acuerdo a los actores implicados: Ministerio de Fomento, ADIF y Comunidad de Madrid. Al renombrar el proyecto el Consistorio pretende reducir la superficie afectada y el número de viviendas nuevas. Todo indica que será un tribunal quien decida si la distancia de la Castellana se alarga en varios kilómetros y si la estación de Chamartín es finalmente remodelada.

El edificio de la Plaza de España es la otra gran operación que la Concejalía de Urbanismo deberá abordar en Septiembre. El proyecto ha sufrido tantas o más modificaciones que dueños ha tenido el inmueble. Al principio el Consistorio llegó un acuerdo con el Grupo Wanda para rehabilitarlo sin modificar la fachada debido a su valor histórico, pero cuando faltaban algunos flecos el holding asiático sorprendió con el anuncio de su venta al empresario murciano Trinitario Casanova, por 272 millones de euros. Con el cambio de propietario a Carmena le toca volver a negociar las condiciones de la obra no sólo del edificio, sino de la Plaza de España, donde Wanda iba a inyectar 30 millones de euros.

Las cocheras de Cuatro Caminos y el Taller de Artillerías completan el póker de operaciones urbanísticas que Carmena deberá resolver a su regreso. En la primera, tendrá que volver a negociar con Metro de Madrid y con el Grupo Ibosa la construcción de 443 viviendas y el soterramiento de las antiguas cocheras de la empresa de transportes. En la segunda, tendrá que lidiar con Ecologistas en Acción, que ha llevado a los juzgados la demolición de un edificio del siglo XIX para la construcción de viviendas de lujo.

Grupo Ibosa

Los Presupuestos, en el aire

La tercera tarea a tratar tiene que ver con la Policía Municipal de Madrid. Es 'vox populi' que las relaciones entre ambos no son las mejores, aunque durante los últimos meses se ha tratado de reconducir una situación que parecía insostenible. La aprobación de una partida de 2.500 chalecos antibalas y un nuevo uniforme de mayor calidad han conseguido una reconciliación durante los meses de verano. A pesar de ello, los sindicatos más representativos del gremio no comulgan con la idea de Seguridad que tiene el concejal, Javier Barbero, lo que puede generar nuevos enfrentamientos.

Chaleco

Por último, la alcaldesa tendrá que lidiar en diciembre con la aprobación de los Presupuestos Generales para 2017. Hasta hoy, las cuentas de Ahora Madrid han sido avaladas por el PSOE, pero este año el apoyo no está garantizado. Durante este ejercicio el pago de la deuda se redujo del 27% del presupuesto total, hasta el 14%. El gasto social se ha incrementado casi un 60%, hasta alcanzar el 26% del total. El problema es que ese aumento ha venido de la mano de medidas controvertidas como la financiación de la fiesta del Ramadán con 150.000 euros o con la destinación de la misma cuantía para celebrar el Año Nuevo Chino. Además, en enero la cabalgata de Reyes volverá a estar en el punto de mira de los madrileños.

Carlos Lospitao

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