El varón que intentó suicidarse en la tarde de ayer desde los andamios de obra colocados en el edificio de Tío Pepe es un rumano de unos 30 años de edad y que además es un ‘buscavidas’ habitual de la Puerta del Sol, según confirman fuentes policiales. El sujeto presentaba claros síntomas de embriaguez y aunque la Policía Municipal estuvo dialogando más de 10 minutos con él, al final fue un bombero el que le abordó antes de que intentara arrojarse al vacío.
Media tarde en la céntrica Plaza de Sol. Varias ambulancias y coches de Policía se citan entorno al edificio que luce el mítico anuncio de Tío Pepe. Las cabezas de los cientos de transeúntes comienzan a mirar al cielo. Un hombre con claros síntomas de embriaguez amenaza con saltar desde uno de los andamios que rodean a la edificación. Tras casi 15 minutos de negociación, un bombero decide abalanzarse sobre el suicida justo antes de que éste intentara descolgarse del andamio. Al final, la historia acabó con un final feliz gracias a la heroica intervención del bombero y a los policías municipales que sujetaron a al propio profesional del fuego cuando también corría peligro de caer.
“Una persona que quiere tirarse, sube y se tira. El varón confesó que estaba pasando por un mal momento en su vida y el estado de embriaguez en el que se encontraba no ayudaba a calmar la situación”, confirman fuentes policiales. En el vídeo se observa como los agentes municipales y algunos bomberos conversan con el sujeto e intentan persuadirle de sus intenciones suicidas. “Por suerte todo acabó bien, pero el final podría haber sido bien distinto. Las placas de los andamios estuvieron a punto de no soportar el peso de siete personas con trajes muy pesados y realizando movimientos bruscos para intentar sostener al sujeto”, afirman las mismas fuentes.
Una vez que la Policía Municipal aseguró al joven suicida, fue trasladado al Samur Psiquiátrico que a su vez lo derivó a un hospital de la zona para evaluar su estado físico y, sobre todo, mental.
Carlos Lospitao