La cita hoy era aquí, en la Asamblea de Madrid. Para tratar de borrar al exministro José Manuel Soria arropando a Cristina Cifuentes; para señalar el camino que resuelva la crisis que vive Podemos en Madrid desde las pasadas elecciones y que los llamados ‘errejonistas’ intenten levantar cabeza; para acompañar a Ángel Gabilondo haciendo demostración de fuerza mientras ayer se abría un nuevo enfrentamiento en el grupo de concejales socialistas del Ayuntamiento de Madrid por el inesperado cese de Pérez Boga, portavoz de Hacienda. El primer debate del estado de la región de Cifuentes como presidenta de la Comunidad de Madrid ha arrancado eclipsado por las distintas crisis internas que viven algunos partidos políticos, sobre todo la que atraviesa el Partido Popular tras el nombramiento y la renuncia exprés del exministro de Industria para ocupar un alto cargo en el Banco Mundial.
Pasadas las doce de la mañana, con minutos de retraso y con el timbre apremiando a los diputados rezagados, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha irrumpido en la Asamblea de Madrid para estrenarse en el debate. Aunque la pregunta del día poco tiene que ver con el balance de su gestión en el Gobierno regional. “¿Qué le parece la renuncia de Soria?”, le han preguntado varios periodistas en la puerta de entrada al hemiciclo. “Me parece bien”, ha respondido la presidenta regional y ha recordado que ella en ningún momento estuvo de acuerdo con el nombramiento del exministro.
Otros miembros de su partido invitados al debate han preferido guardar silencio. Todavía no había llegado Cifuentes cuando Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, escoltada por Pablo Casado, vicesecretario general del PP, se ha escabullido de las preguntas de los periodistas y se ha adentrado rápidamente en el hemiciclo. «El magnífico discurso de Cifuentes», se la limitado a decir a la salida tratando de alcanzar rápidamente la salida a la calle. Esperanza Aguirre, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid, ha seguido la misma táctica y ha sorteado todo tipo de contacto con micrófonos, cámaras y grabadoras. De hecho, José Manuel López, portavoz de Podemos, ha sido el único, además de Cifuentes, que ha realizado declaraciones antes y después del debate. Acompañado por Rita Maestre, concejala y portavoz en el consistorio madrileño, y Tania Sánchez, diputada de Podemos en el Congreso, López ha insistido en que Cifuentes “nos ha pintado una región de colores” que “no existe para nadie”.
La presencia de las dos líderes de Podemos en la Asamblea se produce un día después de la presentación del nuevo proyecto que han impulsado junto a López para renovar la dirección del partido morado en la Comunidad de Madrid. Por su parte, Ángel Gabilondo también ha tratado de realizar una exhibición de fuerza y unión en plena crisis interna del PSOE-M. El portavoz socialista ha aparecido en Vallecas junto a Sara Hernández, secretaria general del PSOE-M, Purificación Causapié, portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento de Madrid y Zaida Cantera, diputada socialista en el Congreso.
Discurso de Cifuentes
La primera sesión del debate del estado de la región ha comenzado con quince minutos de retraso y con el discurso de Cifuentes como el único punto del orden del día. La presidenta regional ha subido a la tribuna para tratar de consolidar su fortaleza política y su capacidad de consenso, al menos con Ciudadanos. Ha sacado pecho y cifras. La líder ‘popular’ ha afirmado que su Ejecutivo ha puesto en marcha el 83,3% de las medidas del programa electoral y el 85,5% de los puntos del acuerdo de investidura suscrito con Ciudadanos. “Este Gobierno, donde trabajamos metódicamente y sin descanso viene aquí con un balance muy concreto, porque nosotros somos un gobierno de hechos más que de palabras”, ha manifestado Cifuentes. Ha aprovechado su intervención para anunciar la aprobación de un Plan de innovación y refuerzo de la red de oficinas públicas de empleo y la creación de “bonos sociales”, un nuevo tipo de deuda pública “de carácter fuertemente social”.
Aunque el discurso ha sido lineal y moderado puesto que se ha centrado en hacer mención al cumplimiento de sus medidas, también ha lanzado dardos contra sus adversarios políticos: PSOE y Podemos. “La Comunidad de Madrid representa hoy la moderación frente al populismo, la estabilidad frente a la incertidumbre; y el empleo y el crecimiento frente a la recesión”, ha asegurado. Parte de su discurso también ha girado en torno a la capacidad de diálogo de su Gobierno en una Asamblea que ya nada tiene que ver con aquella que hacía plenos de madrugada y en la que Ignacio González y Tomás Gómez se arrojaban insultos y amenazas de querellas. “El resultado de este tiempo nuevo que la Comunidad de Madrid vive desde hace quince meses, en el que el diálogo y la búsqueda de acuerdos se han convertido en un auténtico mandato de los madrileños”. El jueves será el turno de la oposición.
Marina García-Rico