Una decena de colegios e institutos públicos de la Comunidad de Madrid ha arrancado el curso escolar entre excavadoras, maquinaria pesada, andamios, sacos de cemento, ruido y obras inacabadas. A pesar de que las clases ya han comenzado, numerosos centros se encuentran todavía con instalaciones inhabilitadas y fases por construir. A esta situación se suma la masificación en las aulas, las polémicas reválidas de la LOMCE, la imposición de directores y la supresión de algunos ciclos formativos.
El nuevo año lectivo comienza marcado por el descontento y la indignación de la comunidad educativa. “La situación es catastrófica. Hay mala organización, falta de profesores, etcétera. Además, el coste de las construcciones que están en marcha puede llegar a duplicarse o triplicarse al hacerlo por fases como ordena la Comunidad de Madrid”, explica Fernando Mardones, miembro de la Comisión de Educación de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM). El colegio Constitución de 1812 de Leganés y el instituto Juan Ramón Jiménez de Villaverde son dos de los centros públicos afectados.
“No hay planificación”
Los padres y alumnos del Colegio de Enseñanza Infantil y Primaria Constitución de 1812 de Leganés acudieron el primer día de clase con casco de protección y chaleco reflectante. Lo hicieron para protestar por el “alarmante estado de retraso de las obras”. Más de 300 niños se han visto afectados por la construcción y las reformas en las que se encuentra inmerso el centro. El gimnasio no tiene techo y los patios de las aulas del centro aún no están terminadas. “El gimnasio empezaron a hacerlo en mayo y ahora mismo están poniendo ladrillos, no tiene techo. Todavía le falta. Posiblemente más de un mes. Ahora mismo está inutilizable”, afirma David Atienza, presidente del AMPA del centro. Los menores, de tres a cinco años, estudian entre excavadoras, hormigoneras y andamios. “Los niños están completamente descolocados. En una ocasión varios padres llamaron a la policía porque mientras los niños estaban en clase una grúa estaba trabajando justo encima del aula. Hubo una situación de alarma y ese día se pararon las obras”, asegura Atienza que añade que esa situación se produce a diario en el colegio.
“Hay maquinaria pesada y eso es constante y todos los días”. Además, el AMPA denuncia que la Consejería de Educación no ha cumplido con sus promesas y sostiene que el curso anterior lo finalizaron de la misma manera que ha comenzado el nuevo: entre obras. “Si para construir tres aulas se ha tardado casi cinco meses y aún no han finalizado las obras, ¿cuándo estará listo ese aulario que debe tener nueve aulas?”, pregunta la asociación de padres, que recuerda que el Gobierno de Cifuentes prometió terminar las obras antes del inicio de curso. “Desde mediados de julio el AMPA se puso en contacto con la Dirección del Área Territorial de la zona sur, el organismo de la Comunidad de Madrid que se ocupa de los colegios de la zona, para avisar de que las obras no iban a estar en plazo y de que nos dieran soluciones. No hay planificación”, lamenta Atienza.
“La situación es caótica”
Por cuarto año consecutivo, el instituto público Juan Ramón Jiménez, ubicado en el barrio de Butarque en el distrito de Villaverde, ha inaugurado el curso en obras. En estos momentos los alumnos no tienen espacio suficiente en el patio y están hacinados. Tampoco se han construido las aulas necesarias. “Se han entregado sólo seis aulas de las diez que tenían que estar hechas. La situación que tienen los estudiantes es caótica porque conviven entre obras y hay zonas a las que no pueden acceder. La situación no es buena. Ruidos, polvo, montañas de arena, etc. Están hacinados en el patio porque no hay espacio”, explica Verónica Parra, portavoz de la asociación de vecinos del barrio de Butarque que forma parte de la ‘Plataforma por la Educación Pública’ de Villaverde.
Según Parra, esta situación no es nueva para los alumnos. “El año pasado fue igual. Convivían con un generador. Las reuniones de padres se hacían en el hall del centro y es un instituto que no sólo es necesario en el barrio sino también en el distrito”, afirma la portavoz. La construcción del centro se encuentra en la segunda fase y de hecho ese sistema es el que critican las asociaciones vecinales y de padres. Creen que es más efectivo realizar las obras completas en lugar de por etapas, puesto que de la otra manera se producen retrasos y sobrecostes.
Marina García-Rico