Los dos belgas detenidos que consiguieron introducir más de 500 kilos de hachis en un Volkswagen Touran de color verde fueron interceptados en Griñón por miembros de la Policía Local de la propia localidad y de Fuenlabrada, municipio donde comenzó la persecución del vehículo sospechoso. La mercancía fue llevada al cuartel de la Guardia Civil de Griñón para proceder al pesaje. Más tarde se confirmaría que la cantidad incautada era de 580 kilos de hachis repartidos en decenas de fardos.
Los hechos comenzaron en Fuenlabrada en un control de seguridad Rutinario. El coche conducido por los dos belgas hicieron caso omiso a las indicaciones de los agentes que les daban el alto. Lejos de detenerse, los ocupantes del vehículo sospechoso decidieron darse a la fuga. Fue en ese momento cuando se inició una persecución que no tuvo mucho recorrido.
El final de la escapada se produjo en el Griñon donde varios agentes locales esperaban la llegada del vehículo dado a la fuga. Los agentes de este municipio madrileño interceptaron el vehículo que portaba la droga y procedieron a la inspección del mismo. La gran colaboración y compenetración entre las fuerzas locales de Fuenlabrada y Griñón hizo posible que la fuga no durara mucho más que los 17 kilómetros que separan ambas localidades.
Una vez asegurada la zona y detenidos los dos ocupantes del vehículo los agentes mostraron su sorpresa ante la gran cantidad de droga que los dos belgas habían sido capaces de introducir en el Volkswagen de color verde. Los dos detenidos de origen belga ya han pasado a disposición judicial.
El alcalde de Griñón ha destacado «la profesionalidad de los policías localesque durante la persecución y detención, no dudaron en arriesgar su integridad física en defensa de la seguridad ciudadana».
Carlos Lospitao