Ganemos –uno de los núcleos duros de Ahora Madrid– asegura que Carmena mantiene un modelo “presidencialista” y acusa a la alcaldesa de “concentrar el poder” y de modos no democráticos. La corriente interna del partido que gobierna Madrid ha dado rienda suelta a su indignación por el cese de una de sus líderes, la exconcejala de cultura Celia Mayer. Además, deja claro que, en contra de lo que aseguró ayer la alcaldesa de Madrid, el cese no fue consensuado y sí hay una crisis en el Ayuntamiento de la capital
La formación, a la que pertenecen importantes concejales del equipo de Carmena, como Guillermo Zapata, Rommy Arce, Pablo Carmona, Montserrat Galcerán o la misma Celia Mayer, está en implosión contra Carmena y lo que llaman “su equipo de confianza”. De todos ellos, solo Javier Barbero está ya en el núcleo del equipo de Gobierno, a cargo de la Policía Municipal y las Emergencias de la ciudad.
El cese de Mayer ha dolido profundamente a Ganemos, una de las corrientes cercanas a Podemos con que se formó la lista que acabo encabezando Manuela Carmena en las Municipales de 2015. La misiva de Ganemos Madrid deja claro que, en contra de lo que quiso dejar ver ayer la alcaldesa de Madrid, la decisión de cesar a la edil de Cultura no ha sido negociada ni con sus propios concejales y concejalas. La corriente de Ahora Madrid dice que “no compartimos la decisión alejada de toda lógica democrática y participativa contraria no sólo a los principios políticos que defendemos sino también a la organización política de la que somos parte, Ahora Madrid”.
Carmena decidió ayer quedarse ella con las competencias propias de Cultura, y compartió algunas con su sobrino, Luis Cueto, coordinador General de Alcaldía de Madrid. Cueto atesora en sus manos una infinidad de competencias, además de empresas jugosas como Ifema. A ésta añadirá el control de otra, Madrid Destino, la sociedad que controla eventos y cultura de la ciudad de Madrid, con un descomunal presupuesto. Esto también escuece a Ganemos Madrid, que menciona a Madrid Destino expresamente en su comunicado, al asegurar que “sólo con un Área de Cultura -incluida la empresa municipal Madrid Destino- independiente a las presiones del establishment, podríamos esperar unas políticas culturales a la altura de las expectativas que generamos en 2015”. El poder real en el Ayuntamiento está también en las empresas públicas, que están casi en exclusiva en manos de la familia Carmena.
Luis Cueto suma una competencia tras otra, como fondos europeos, coordinación administrativa general, gabinete de la alcaldesa, relaciones con otras instituciones públicas, asesoramiento legal estratégico, protocolo, organización de actos oficiales, promoción de la ciudad en el exterior y relaciones internacionales, cooperación al desarrollo, entre otras. Y Cueto, del cuerpo de Administradores Civiles del Estado, no se presentó a elección alguna ni consta su militancia en Podemos ni en Ganemos ni en formación alguna de Ahora Madrid. La figura del sobrino de Manuela Carmena se parece muchísimo a los delegados de área que estableció Gallardón y mantuvo Botella, no electos, que fueron rechazados por sentencia del Tribunal Constitucional, que obligó a que fueran cargos electos los que se hicieran cargo de la áreas de Gobierno municipal. Eso supuso el cese de Fernando Villalonga y Juan Antonio Gómez-Angulo bajo el mandato de Ana Botella.
Parece claro que “Carmena y su equipo de confianza” tienen ya enfrente a Ganemos Madrid y su media docena larga de concejales. A Carmena la acusan sus concejales de “ausencia de debate interno” y “falta de consenso”. Los concejales de Ahora Madrid han votado varias veces los unos contra los otros, en temas trascendentales de la ciudad, como de carácter ideológico. Hace una semanas la alcaldesa se quedó sola junto a su fiel adjunta de hace años, Marta Higueras, frente a todos sus concejales.
La primera discrepancia comenzó con el cese de Zapata de la cartera “maldita” de Cultura. Decisiones urbanísticas, adherirse a querellas como la de la memoria histórica, la descalificación al comisionado de la Memoria dispuesto por la alcaldesa… Los desencuentros y la división son constantes.
Quizás uno de los fundacionales tuvo lugar nada más lograr la alcaldía gracias a un pacto con el PSOE. Carmena se desmarcó del programa consensuado entre Podemos, Ganemos y los llegados de la destruída IU, al asegurar que no eran un programa mandatorio, “sino un conjunto de sugerencias”. Además, las gestiona su sobrino, un Técnico Administrador Civil del Estado, alejado en planteamientos y personalmente de muchos concejales, más aún de los de Ganemos. La alcaldesa intenta camuflar este terremoto interno que amenaza con destruir el equipo de Gobierno asegurando que “no desfilamos al paso de la oca” y que el conjunto de personalidades “es interesante”.
No es la primera vez que Mayer acepta sumisa la reprimenda de la alcaldesa y luego su corriente, Ganemos, la coloca en posición airada y hace finalmente desdecirse. Cuando la crisis de los titiriteros, Mayer salió públicamente a condenar la actuación de los guiñoles que jaleaban a ETA y Al Qaeda, para luego desdecirse incluso de las acciones judiciales emprendidas por su propio Ayuntamiento. También tuvo que apechugar la semana pasada con la rectificación en la retirada del nombre de las salas de Matadero Max Aub y Fernando Arrabal. La alcaldesa le enmendó la plana con una carta a las familias, filtrada a los medios. El gesto de la edil era clamorosamente de disgusto en la presentación de la programación cultural de las naves del matadero, una de sus grandes apuestas, profundamente discutida por el mundo de la Cultura.
La cultura callejera, mas allá del 'underground', de orientación okupa, basada en las perfomances del patio Maravillas, contra la visión más anciana de la alcaldesa y su sobrino técnico del Estado. Para Ganemos Madrid, “la consecuencia directa del cambio de competencias en Cultura viene a reforzar algunas posturas conservadoras más afines a discursos manejados por la derecha que a un verdadero proyecto que cambie la política cultural de esta ciudad”.
Los titiriteros y las performances de DJ’s de Mateo Feijoo tienen los días contados. Posiblemente a cambio de una diáspora en Ahora Madrid.
F. de Castro