Tres duros negociadores se sentaron para acabar de perfilar la Operación Chamartín: José Manuel Calvo, concejal de Desarrollo Urbano Sostenible (Urbanismo) de Madrid, Antonio Bajar, representante de Distrito castellana Norte (DCN) y Juan Bravo, por Adif. La reunión clave tuvo lugar el pasado jueves, 13 de julio, y en ella se lograron acercar posturas que hace dos años parecían irreconciliables. Finalmente, todo está preparado para que mañana se anuncie públicamente un acuerdo para la Operación Chamartín, un proyecto clave para desarrollar el norte de la capital, aminorando el impacto de los accesos ferroviarios de la estación, que crea dos nuevos barrios y un interesante Centro de Negocios para competir en Europa. Se trata del proyecto en el que más empeño ha puesto la alcaldesa Manuel Carmena desde que llegó al poder.
La palanca que ha desbloqueado la negociación pasa porque en diciembre caducan los derechos para construcción de la sociedad Duch, formada por el BBVA y la Constructora San José, derivada en DCN. La premura ha permitido al Ayuntamiento lograr una de las bazas que más duramente defendía el concejal Calvo, la gestión municipal del proyecto. El Ayuntamiento de Carmena transige, ya que renuncia a su postulado de dejar en casi testimonial las viviendas que se harán: el proyecto de Ana Botella preveía 17.000, mientras que Ahora Madrid en su efímero Madrid Puerta Norte proponía 4.000; al final se harán 13.600. Este número es clave para que las cuentas salgan a los inversores privados. También DCN ha logrado que el Ayuntamiento corra con el coste de todas las infraestructuras, que originalmente –con Ana Botella– pagaban los inversores privados.
«El principal objetivo de Carmena para ser alcaldesa es la Operación Chamartín», explica a este diario un conocedor de los entresijos de la Operación. Aunque la alcaldesa es abogada y juez de profesión, la arquitectura la rodea por dos de sus cuatro costados: su marido y su hijo son destacados arquitectos. De hecho, Eduardo Letra, el marido de Carmena, no es ajeno en absoluto a la Operación Chamartín, sino un antiguo conocedor de la misma.
Todas las fuentes confirman la influencia de los viejos urbanistas de la era de Tierno Galván en la posición del Ayuntamiento. En ese grupo están los arquitectos Eduardo Mangada –que fue concejal de Urbanismo en los 80 con el PSOE– y Félix Arias Goytre. Leira es amigo de ellos y ha sido parte del grupo de discusión –informal, sin cargos públicos– donde se han generado ideas para la posición municipal. Las conexiones con Podemos son el propio Leira y Mangada, candidato del partido de Pablo Iglesias al Senado en las pasadas elecciones generales. Leira además era miembro del equipo del concejal Espelosín, también de la era Tierno Galván, como explicaba en esta información Estrella Digital.
Leira fue director de la Oficina del Plan Urbanístico de Madrid, en el que se estaba el primer boceto de la Operación Chamartín. Espelosín, que era su jefe, ha admitido que ha asesorado a los antiguos propietarios de los terrenos, un largo litigio de complicada solución y con millonarios intereses económicos. El hijo de Leira y Carmena, Manuel, ha sido vocal del Colegio de Arquitectos de Madrid durante cuatro años, si bien ya no está en el cargo.
El jueves 13 de julio se llegó casi a un acuerdo total sobre asuntos capitales como la nueva estación –que será lo primero que se acometa–, zonas verdes, zonas comerciales y el clave nuevo nuevo de Manoteras, que tendrá que acometer el Ayuntamiento, ya que ahora no lo pagarán lasa constructoras. Así logra gestionar y hacerlo a la medida de su ideología, con menos carga de vehículos a motor.
Anuncio de Íñigo de la Serna
Los detalles del pacto se conocerán posiblemente este jueves, según ha anunciado el propio ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, pero lo que parece claro es que Carmena ha conseguido reducir las áreas edificadas en el 36% (tanto de viviendas como de oficinas). Pero no solo eso. También la zona en la que se llevará a cabo la operación se ha visto reducida en más del 30% y pasará de los 3,2 millones de metros cuadrados proyectados bajo la alcaldía de Ana Botella a unos 2 millones.
Carmena tendrá el control de la gestión del plan, lo que supondrá no solo controlar el calendario y actuaciones, sino que serán los técnicos municipales los que se encargarán de la reforma de la zona mediante un cambio en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), según fuentes del Consistorio madrileño citadas por el diario ‘El País’.
La estación de Chamartín será el centro de la nueva zona de negocios, según las filtraciones del plan publicadas por el diario ‘El País’, lo que supone otro de los logros del actual equipo de Gobierno. En su plan alternativo al de Botella, ya proponían proyectar una gran área de Actividady Negocios con 408.000 metros cuadrados de oficinas y cercana a las Cuatro Torres. Las cinco zonas afectadas por la operación (Estación de Chamartín, distrito de negocios, Fuencarral-Tres Olivos, Fuencarral Malmea y Las Tablas) tendrán una edificabilidad distinta.
Carmena bloqueó la operación en mayo de 2016
El plan pactado por las partes con la administración de Ana Botella fue bloqueado por Ahora Madrid en mayo de 2016 y elaboró su propio proyecto denominado Madrid Puerta Norte. Ya entonces las tensiones entre las partes fueron grandes y DCN ni siquiera acudió a la presentación. Ese plan de Carmena reducía a la mitad la superficie sobre la que se podía edificar y reducía a 4.600 el número de viviendas desde las 17.000 viviendas del plan de Botella.
DCN continuó echando leña al fuego y propusieron levantar dentro del proyecto de prolongación del paseo de la Castellana cinco torres de altura similar a las cuatro erigidas en los antiguos terrenos del Real Madrid y otra con 70 plantas, que sería la más alta de la UE.
En cualquier caso, no se trata de un proyecto nuevo. El plan original es del año 1997 y planteaba construir en más de tres millones de metros cuadrados y añadía 3,7 kilómetros al paseo de La Castellana.
F. de Castro