En la mañana de este viernes se han entregado las medallas de reconocimiento al servicio a todos los policías municipales de Madrid con 25 años en el cuerpo. El acto ha tenido lugar en un auditorio de la Casa de Campo, donde se encuentra el edificio de Jefatura, con escasa iluminación y sin la presencia de los familiares de los agentes. Lo que prometía ser un homenaje a media vida de dedicación a la defensa del ciudadano se ha convertido en una nueva situación de malestar de los policías con la corporación. «Creo que no son formas», afirma uno de los agentes presentes.
La entrega de la Cruz de San Juan -patrón del cuerpo de seguridad local- ha estado presidida por Javier Barbero, concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid. De hecho, ha sido este quien ha impuesto la condecoración a cada uno de los policías. «Los compañeros muy emocionados han recibido la Cruz de San Juan. Muy orgullosos de vosotros, todo nuestro respeto y reconocimiento por vuestra incansable dedicación». Este es el mensaje oficial que han colgado en las redes sociales la propia Policía Municipal, pero al realidad es que el acto no ha sido del agrado de los homenajeados y ha quedado muy lejos de la emotividad.
«Veinticinco años de dedicación al ciudadano,cientos de detenidos,interviniendo en catástrofes,atentados,vidas salvadas,etc,y nos lo reconocen en un salón oscuro,sin que pueda ir ni tu familia,dándonos la medalla como si fuera un llavero.Creo que no son formas», ha expuesto uno de los agentes a través de Twitter. De todos modos, esta no es la primera vez que los agentes del cuerpo local denuncian la falta de afecto por parte del Ayuntamiento de Madrid y de la Concejalía de Seguridad. Los primeros síntomas de malestar aparecieron hace dos años, tras la eliminación del tradicional desfile de la Policía Municipal encuadrado en el programa de los actos conmemorativos del patrón del cuerpo local, San Juan Bautista.
Este 2017, Barbero volvió a dejar a los agentes sin el desfile por segundo años consecutivo. El enfado en el cuerpo fue mayúsculo porque además, alguno creyó que Barbero pretendía desafiar a la alcaldesa después de que ésta le recriminara el año pasado la suspensión del mismo. A pesar de todo, el Ayuntamiento de Madrid planea desde noviembre la compra de 5.500 trajes