Un hombre acepta la prisión impuesta por cobrar durante 20 años la pensión de su abuela fallecida.
En el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Madrid, el condenado ha defendido que desconocía los hechos que se entero cuando la policía le informó de los sospechosos ingresos en una cuenta que tenía junto a su madre, también muerta hace un año.
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En principio se le pedían 18 meses de cárcel y el pago de una responsabilidad civil de 37.250,72 euros, al haber ya reintegrado unos 111.544 euros a la Seguridad Social pues ese dinero no era suyo.
Según la acusación, esta familia conocía perfectamente que la abuela no estaba desde el 18 de noviembre de 1995, y no se lo comunicaron ni al Banco ni a la seguridad social.
El INSS, se dio cuenta de esta situación a finales de noviembre de 2015. Los acusados se gastaban la pensión abonada, «que se ingresaba mensualmente en una cuenta en la que estaban los tres».
Con la clave de acceso, estuvieron comprando mediante la tarjeta bancaria de la mujer fallecida, dispusieron de dinero en efectivo y hasta abonaron embargos por deudas públicas.
El nieto reconoce que nunca debió pasar
Ahora, en los juzgados, el nieto ha dicho que «esto nunca debió pasar» y se ha mostrado afectado por lo ocurrido, ha culpado a su pobre madre difunta ya, por no dar de baja la pensión de unos 700 euros al mes de la abuela.
También culpa de la situación a la entidad bancaria por su falta de control, ya que nunca pidió a su madre una fe de vida por el cobro, cree que la entidad bancaria habría dejado cobrar la pensión para engordar un descubierto.
Relata que nunca usó ese dinero, que esa cuenta se abrió cuando él era menor de edad y que la gestionaba su madre. Tras morir esta, nadie accedió a ella, extremo que se acredita con la documentación aportada al tribunal.
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El acusado ha logrado reducir la pena de prisión al alcanzar un acuerdo de conformidad con la fiscal por reparación del daño, al haber abonado ya la deuda.