Ayer, los residentes en Rivas-Vaciamadrid, un municipio en la Comunidad de Madrid, fueron evacuados como parte de un simulacro de un posible accidente nuclear. La operación fue llevada a cabo por la Escuela Nacional de Protección Civil y Emergencias (Enaproc).
Durante el simulacro, se imitó la liberación de material radiactivo, lo que activó los planes de emergencia y la evacuación de los habitantes del municipio.
Un total de 274 personas de diversos organismos participaron en el ejercicio, incluyendo la Policía Nacional, la Guardia Civil, la Unidad Militar de Emergencias (UME), la Cruz Roja y el Consejo de Seguridad Nacional.
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Además, contaron con la colaboración de la Junta de Castilla y León y los bomberos del Ayuntamiento de Guadalajara. Para mantener a la población alerta, se enviaron mensajes de alerta por SMS a los teléfonos móviles de los vecinos a lo largo del día. «Si vives en Rivas-Vaciamadrid, puede ser que recibas un mensaje en tu dispositivo móvil. No te preocupes. Es solo una prueba«, decía el mensaje difundido por Emergencias Madrid.
La importancia de este simulacro nuclear radica en la necesidad de conocer y poner en práctica las normas de seguridad nuclear que deben cumplir las instalaciones, con el fin de prevenir posibles anomalías en su funcionamiento.
También se busca prevenir y mitigar las consecuencias de una posible catástrofe de gran magnitud, que podría afectar tanto al entorno como a la población cercana.
Estos simulacros demuestran la eficacia de los grupos de emergencia al poner de manifiesto la capacidad de respuesta de las diversas organizaciones participantes, la agilidad en las comunicaciones, los sistemas de transmisión de datos y la toma de decisiones de último momento en caso de una catástrofe real.
La catástrofe nuclear de Palomares
La realización de este tipo de ejercicios preventivos busca evitar escenarios de catástrofe como el incidente nuclear que ocurrió hace 57 años en Palomares, un municipio en Almería. Durante la década de los 60, Palomares y Villaricos presenciaron el choque entre dos aviones B-52 y un KC-135 del Ejército estadounidense durante una operación de repostaje.
El primero de estos aviones transportaba cuatro bombas termonucleares que impactaron en tierra. Aunque ninguna de ellas llegó a explotar, dos dispersaron plutonio en la zona.
Hasta la fecha, las tareas de limpieza han quedado en el limbo entre las administraciones española y estadounidense. Recientemente, el gobierno de Joe Biden ha mostrado disposición para negociar y resolver esta tarea pendiente.