Tras una serie de investigaciones y pruebas, Adif ha determinado que los recientes incidentes de descarrilamiento de trenes de cercanías en Madrid, específicamente entre las estaciones de Atocha y Recoletos, no se deben a causas significativas. La normalidad en el servicio de Cercanías de Renfe se ha restablecido este domingo en este tramo.
La investigación en curso de Adif se centra en los descarrilamientos ocurridos el 26 de noviembre, 5 de diciembre y 8 de diciembre cerca de la estación de Atocha. A pesar de no encontrar riesgos adicionales, Adif ha decidido aumentar las inspecciones de mantenimiento y crear una brigada permanente para supervisar estos trabajos.
Según el informe de Adif, «Se ha revisado el diseño del trazado del recorrido y es totalmente correcto. Las revisiones realizadas en el marco del mantenimiento son también adecuadas». Es importante destacar que las pruebas no se realizaron con los trenes afectados en los incidentes, lo que significa que las condiciones exactas de los descarrilamientos no se pudieron replicar completamente.
El primer descarrilamiento, aún bajo investigación, fue causado por la rotura de una aguja en la travesía 10A, según informó el ministro de Transportes, Óscar Puente, en la red social X. Esta rotura llevó a una solución temporal mientras se fabricaba una nueva aguja. Como resultado, algunos trenes tuvieron que usar una ruta alternativa, lo que no es habitual para los trenes de la serie 450, conocidos como buques.
Los descarrilamientos del 5 y 8 de diciembre, que involucraron a estos buques, aún no tienen una causa clara identificada. En respuesta a estos eventos, Renfe y Adif realizaron siete pruebas exitosas con diferentes tipos de trenes y velocidades en el tramo afectado, sin detectar problemas.
Como medida de precaución, se ha impuesto una limitación de velocidad de 10 kilómetros por hora en la travesía 10A. Además, se han aplicado protocolos de mantenimiento exhaustivos, incluyendo inspecciones visuales y pruebas por ultrasonidos y geométricas.
A corto plazo, una vez reparada la travesía 10A, se establecerá un límite de velocidad de 30 kilómetros por hora sin restricciones de diseño. También se impondrá una restricción preventiva para los trenes de la serie 450 en la vía 5. «Será una medida conservadora, en la medida en la que hay una investigación abierta sin conclusión aparentemente clara, de cara a generar seguridad en el sistema, aunque las pruebas hayan dado resultado satisfactorio», señala el informe.
Finalmente, Adif planea modificar el desvío 24 para evitar el paso de trenes hacia la vía 5 desde la travesía 10A, reduciendo así el riesgo de error humano. Además, se recomienda a Renfe que los buques que circulen por esta zona se ajusten a los parámetros de los trenes utilizados en las pruebas recientes.