En el último pleno del año celebrado en el Ayuntamiento de Madrid, el diputado nacional y portavoz de Vox, Javier Ortega Smith, se vio envuelto en un controvertido incidente al lanzar una botella de plástico vacía hacia el concejal de Más Madrid, Eduardo Rubiño. Este acto ha desatado una oleada de críticas y peticiones de dimisión.
Los hechos se desarrollaron al cierre del pleno de diciembre, en medio de un debate sobre una moción presentada por Vox. El ambiente ya estaba cargado debido a esta moción, y la tensión escaló cuando Ortega Smith realizó su gesto hacia Rubiño.
La reacción fue inmediata: representantes de Más Madrid, PSOE y el propio alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (PP), condenaron el acto. Los concejales de Más Madrid y PSOE mostraron su repudio abandonando el hemiciclo, marcando un punto de inflexión en la sesión.
La portavoz de Más Madrid, Rita Maestre, describió el suceso como una «agresión física» bajo la supervisión del alcalde Almeida y del presidente del pleno, Borja Fanjul. Tanto Maestre como el alcalde y la portavoz del PSOE-M, Reyes Maroto, coincidieron en que Ortega Smith debería renunciar a su cargo. Maroto fue más allá, instando a que Ortega Smith deje también sus cargos en Vox y su acta en el Congreso.
Por su parte, el diputado de Sumar Íñigo Errejón calificó el incidente como una transgresión de «líneas rojas», exigiendo la dimisión inmediata de Ortega Smith.
En respuesta, Ortega Smith negó que hubiera cometido una agresión, aclarando que simplemente lanzó una botella de agua vacía. Según él, esto no constituye una agresión. Sin embargo, su acción ha generado controversia, especialmente en comparación con un caso anterior en el que un concejal socialista renunció por menos.
Ortega Smith, manteniendo su postura, ha rechazado la idea de renunciar a su acta de concejal, a pesar de las exigencias de PP, Más Madrid y PSOE. En una declaración irónica, minimizó la gravedad del incidente y acusó al alcalde Almeida de intentar obtener réditos políticos a partir de lo ocurrido.
El incidente ha abierto un intenso debate sobre la conducta en la política municipal y ha resaltado la creciente polarización en el Ayuntamiento de Madrid.