La exministra de Justicia Dolores Delgado se ha presentado ante el Congreso como una servidora pública sin «ataduras» con el Gobierno que le ha propuesto como fiscal general del Estado, pero PP, Vox y Ciudadanos la han recibido con un no rotundo, seguros de que se plegará ante el Ejecutivo y sus pactos.
Más de tres horas y media ha durado su comparecencia en la Comisión de Justicia de la Cámara Baja, el último trámite que debía superar antes de ser nombrada fiscal general y que, como se esperaba, no ha sido un sesión de guante blanco.
Tribuna Estrella