La Sección Primera de la Audiencia de Sevilla ha emitido una sentencia condenatoria este martes, dictaminando una pena de 4 años y 9 meses de prisión para el exchofer del fallecido exdirector general de Trabajo, Francisco Javier Guerrero. Este veredicto llega tras hallarlo culpable de delitos de prevaricación, malversación y falsedad, en relación con el desvío de 1,3 millones de euros de fondos autonómicos destinados a expedientes de regulación de empleo (ERE) y subvenciones arbitrarias.
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La sentencia absuelve, sin embargo, al acusado Juan Francisco Trujillo Blanco del cargo de tráfico de influencias que se le imputaba. Inicialmente, la Fiscalía solicitaba 14 años de prisión, reduciendo finalmente su petición a 10 años y 3 meses debido a dilaciones indebidas en la tramitación del caso.
Trujillo es condenado como cooperador necesario de un delito continuado de prevaricación y malversación, recibiendo una pena de 3 años de cárcel, inhabilitación y multa. Además, se le imputa un año y nueve meses adicionales por la suscripción fraudulenta de pólizas de seguros, en las que involucró a su madre sin su conocimiento.
El tribunal descarta el cargo de tráfico de influencias, argumentando que no existió una influencia significativa de Trujillo sobre Guerrero. La relación entre ambos se limitaba a funciones laborales como conductor, según los magistrados.