La Audiencia Nacional ha condenado a Iurgi Garitagoitia Salegi y Joanes Larretxea Mendiola, miembros del “comando Ezuste” de ETA, a 26 años y 9 meses de prisión por el atentado que perpetraron el 30 de octubre de 2008 en la Universidad de Pamplona (Navarra), mediante la detonación de un coche-bomba que dejó 168 heridos de diversa consideración y graves daños materiales. La explosión afectó a vehículos, edificios universitarios y otras infraestructuras cercanas.
En la sentencia, emitida por la Sección Cuarta de la Audiencia Nacional, los acusados han sido condenados a 15 años de prisión por un delito de estragos, 2 años por robo de vehículo a motor y 1 año, 7 meses y 15 días por seis delitos menos graves de lesiones. Además, se les ha impuesto una multa de 12 meses y 15 días por cada uno de los 162 delitos de lesiones leves.
El tribunal detalla que los hechos ocurrieron cuando los acusados, miembros liberados del «comando Ezuste» de ETA, planearon y ejecutaron la colocación de un coche cargado con explosivos en el campus de la Universidad de Pamplona. El vehículo fue estacionado en el aparcamiento del edificio central, junto a la Biblioteca de Humanidades, a las 9:01 horas del 30 de octubre de 2008. La explosión se produjo a las 10:58 horas, provocando heridas a 168 personas que tuvieron que ser atendidas en distintos centros médicos de la localidad. El atentado también ocasionó cuantiosos desperfectos en 98 vehículos, en el ala derecha del edificio principal de la Universidad y en otros inmuebles colindantes.
Durante el juicio, ambos acusados reconocieron los hechos, aunque no aportaron más información durante sus declaraciones. Pese a ello, la Audiencia Nacional consideró que las pruebas presentadas, incluyendo testimonios y pruebas periciales, señalaban «sin género de duda» a Garitagoitia y Larretxea como los autores del atentado. En base a esto, el tribunal ha dictado un fallo condenatorio, reafirmando la participación de los procesados en el atentado que, según el relato de la sentencia, formaba parte de la estrategia de ETA para generar temor y desestabilización en su lucha por la independencia del País Vasco.
Con esta resolución, la justicia cierra un capítulo de la actividad violenta de ETA que afectó gravemente a la ciudad de Pamplona y a sus ciudadanos, poniendo fin a una de las investigaciones más complejas y mediáticas en torno a la banda terrorista.
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