El verano es una época del año que nos lleva a disfrutar del aire libre, del sol y del agua. Sin embargo, también es una temporada en la que nuestros ojos están expuestos a una serie de riesgos que no tienen durante el resto del año, y que pueden afectar a nuestra visión. Hay factores que pueden comprometer la salud ocular, desde la radiación ultravioleta hasta las infecciones por bacterias y virus presentes en piscinas y playas. A continuación, exploramos cómo proteger nuestros ojos durante el verano y las enfermedades más frecuentes que se presentan en esta estación.
Radiación ultravioleta
La radiación ultravioleta (UV) del sol es una de las principales amenazas para nuestros ojos en verano. La exposición prolongada a los rayos UV puede causar daños en diferentes partes del ojo, como la córnea, el cristalino y la retina. Algunas de las afecciones más comunes relacionadas con la exposición a los rayos UV son:
- Queratitis actínica: se trata de una inflamación dolorosa de la córnea causada por la exposición a la radiación UV. Es similar a una quemadura solar, pero en los ojos. Los síntomas incluyen dolor, enrojecimiento, sensibilidad a la luz y visión borrosa.
- Cataratas: la exposición crónica a los rayos UV puede acelerar el desarrollo de cataratas, una opacidad del cristalino que puede llevar a la ceguera si no se trata.
- Degeneración macular asociada a la edad (DMAE): Aunque la DMAE está más relacionada con el envejecimiento, la exposición a los rayos UV puede aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad, que afecta la parte central de la retina y es una de las principales causas de pérdida de visión en personas mayores.
Protección contra los rayos UV
Para proteger nuestros ojos de la radiación UV, es esencial el uso de gafas de sol que bloqueen el 100% de los rayos UVA y UVB. Además, usar un sombrero de ala ancha puede proporcionar una mayor protección. Es importante elegir gafas de sol de buena calidad, preferiblemente con lentes polarizadas que también reducen el deslumbramiento.
Infecciones oculares
El verano también trae consigo un aumento en la frecuencia de infecciones oculares, muchas de las cuales están relacionadas con el contacto con el agua de piscinas, playas y ríos. Las infecciones más comunes son:
- Conjuntivitis: la conjuntivitis, o «ojo rojo», es una inflamación de la conjuntiva, la membrana que recubre el ojo y el interior de los párpados. Puede ser causada por bacterias, virus o alergias. Los síntomas incluyen enrojecimiento, picazón, secreción y lagrimeo.
- Queratitis: la queratitis es una inflamación de la córnea que puede ser causada por bacterias, virus, hongos o parásitos. La queratitis infecciosa es más común en personas que usan lentes de contacto, especialmente si no se siguen las pautas de higiene adecuadas.
Para prevenir estas infecciones, es fundamental seguir algunas recomendaciones:
- Evitar nadar con lentes de contacto. Si es imprescindible, usar lentes de contacto desechables y desecharlas después de nadar.
- Utilizar gafas de natación bien ajustadas para evitar que el agua entre en contacto con los ojos.
- Asegurarse de que las piscinas estén adecuadamente cloradas y mantener una buena higiene personal.
Ojo seco
El aire acondicionado y los ambientes secos son comunes en verano y pueden contribuir al síndrome de ojo seco. Esta condición se caracteriza por la falta de lubricación y humedad en la superficie del ojo, lo que provoca molestias, ardor, sensación de arenilla y, en casos graves, problemas de visión.
Para combatir el ojo seco en verano, es recomendable:
- Mantenerse hidratado bebiendo suficiente agua.
- Usar lágrimas artificiales para lubricar los ojos.
- Evitar la exposición directa a corrientes de aire de ventiladores y aire acondicionado.
Prevención y cuidado
El cuidado de los ojos en verano requiere una combinación de protección, higiene y atención a los síntomas. Aquí algunos consejos:
- Realizar revisiones oculares regulares con un oftalmólogo para detectar y tratar cualquier problema de forma temprana.
- Utilizar protección ocular adecuada en actividades que impliquen riesgos para los ojos, como deportes o trabajos al aire libre.
- Evitar frotarse los ojos, especialmente con las manos sucias, para prevenir infecciones.
El verano es una época para disfrutar, pero también para ser conscientes de los cuidados especiales que nuestros ojos necesitan. La radiación UV, las infecciones oculares y el ojo seco son problemas comunes. Así que, este verano, no olvides tus gafas de sol, mantén una buena higiene ocular y disfruta de las actividades al aire libre con la tranquilidad de estar cuidando de tu salud visual.