Dos presuntos jefes rebeldes sudaneses, sospechosos de crímenes de guerra en la masacre de Darfur, se han entregado este miércoles voluntariamente a la Corte Penal Internacional (CPI), donde se ha programado que declaren este jueves, informó el tribunal en un comunicado. Se trata de Abdallah Banda Abakaer (conocido como ‘Banda’) y Saleh Mohammed Jerbo Jamus (‘Jerbo’), sobre quienes pesan tres cargos de crímenes de guerra cometidos durante un ataque llevado a cabo en septiembre de 2007 contra la Misión de la Unión Africana, una misión pacificadora destinada en el norte de Darfur.
La sala de instrucción número uno de la CPI consideró el pasado agosto que había «fundamentos razonables» para considerar que Banda y Jerbo eran responsables de crímenes de guerra como asesinatos, ataques a personal y materiales de las fuerzas de paz y pillaje. La investigación del caso concluyó que unos 1.000 efectivos armados formaron las fuerzas dirigidas por los rebeldes, que habrían acabado con la vida de 12 miembros de las misiones de paz, así como con buena parte de su material, incluidos 17 vehículos.
Los rebeldes comparecerán este jueves por primera vez ante la CPI en una vista en la que se les dará a conocer formalmente los cargos de los que se les acusa. Hasta mañana a las 08.00 GMT (las 10.00 hora local en Holanda), los dos rebeldes entregados permanecerán en las dependencias de la CPI, sin que puedan abandonar en ningún momento las instalaciones.
En 2009, los magistrados de la CPI emitieron una orden de arresto por crímenes de guerra contra el presidente de Sudán, Omar Al Bashir, que también ha sido ignorada por las autoridades de Jartum. La guerra en Darfur, que estalló en 2003, ha causado ya al menos 300.000 muertos y obligado a 2,7 millones de personas a abandonar sus comunidades de origen, según datos de la ONU.