Al menos dieciséis personas murieron y 72 quedaron atrapadas, con escasas probabilidades de supervivencia, por la explosión en una mina de carbón en el municipio colombiano de Amagá (noroeste del país). Aunque los datos son confusos dada la magnitud de la tragedia, la alcaldesa de Amagá, Auxilio del Socorro Zapata, advirtió de que la cifra de muertos puede ser muy alta, después de que el presidente Álvaro Uribe confirmara que, hasta el momento, hay 16 muertos y 72 personas atrapadas.
Durante la madrugada fueron evacuados cerca de 90 hombres y mujeres de los casi 160 que quedaron atrapados en el túnel de la mina, de unos 2 kilómetros de largo, agregó Zapata, sobre este accidente producido por acumulación de gas metano. Mientras tanto, decenas de familiares permanecen alrededor del cerco que la Policía y el Ejército organizaron en la mina a la espera de noticias sobre sus seres queridos.
Pero las familias deberán esperar por lo menos 48 horas más, el tiempo mínimo estimado para llegar hasta el final del túnel, según los equipos de rescate, que ya adelantaron las casi nulas probabilidades existentes para encontrar con vida a los trabajadores. Las tareas de rescate se han visto dificultadas, además, por la acumulación de gases, lo que obliga a los socorristas a detener constantemente sus labores para permitir la ventilación y entrada de aire con el objetivo de evitar otra explosión.
Aunque prosiguen las labores, las mediciones realizadas «desestiman esa posibilidad (de encontrar mineros con vida) pues hubo que sacar a los socorristas porque no había un nivel de aire seguro, dijo, por su lado, Gilberto Mazo, de la oficina de desastres de la Gobernación de Antioquia, departamento donde se encuentra el municipio de Amagá. El presidente Uribe, que calificó este suceso como «una tragedia muy grande, anunció que viajará mañana a la mina de San Fernando, en Amagá, y explicó que los socorristas «están buscando perforar e inyectar oxigeno, están buscando rescatarlos y haciendo todo el esfuerzo». «Es una tragedia muy grande, insistió Uribe, quien aclaró que la mina está ajustada a todos los requisitos legales y ambientales, y por eso aguarda a que la Gobernación de Antioquia dé «una explicación al país».
El gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos, coincidió con la alcaldesa de Amagá en que las «posibilidades de rescate no son muchas, sobretodo por la forma como han aparecido los primeros cadáveres recuperados». Y subrayó que se ha hecho tres visitas de inspección a la mina en los últimos seis meses y que cumplía con todos los requisitos y condiciones para operar. Sin embargo, el ministro de Minas y Energía, Hernán Martínez, contradijo esas versiones al manifestar que la mina no cumplía las condiciones mínimas, según la más reciente inspección realizada.
«Se encontró que no había detectores permanentes de gases o por lo menos no lo reportan en su informe, no hay una chimenea de evacuación de gases, otra situación que es una práctica no deseada en las minas subterráneas, precisó el ministro.
En noviembre de 2008, una inundación en un túnel de esa mina causó la muerte a cinco mineros, y en 1977 perdieron la vida otros 86 a causa de una explosión en otra mina de carbón en Amagá, localidad en la que hay unas 20 minas legales de carbón y unas 120 ilegales sin permiso del Gobierno para operar. En los últimos cinco años, han muerto 71 mineros, 80 han resultado heridos y cuatro desaparecieron como consecuencia de las 18 explosiones ocurridas en minas en Colombia, según el Sistema Nacional de Emergencias.
En la mayoría de los casos, los accidentes ocurrieron por acumulación de gases en minas de carbón ubicadas en los departamentos de Norte de Santander (noreste), Boyacá y Cundinamarca (centro). Colombia mantiene en los últimos años una intensa labor de exploración minera en todo el territorio, con lo que busca equiparse con países como Chile y Perú, que lideran la producción de minerales en Suramérica.