Un hombre murió cuando fue sorprendido por una corriente de agua sobre una autopista de seis carriles, dijo el director de Protección Civil, Pedro Treviño, en declaraciones a la red de Televisa Monterrey. Otro hombre fue encontrado ahogado al lado de un arroyo.
El meteoro ‘Alex’, que ese miércoles golpeó al estado de Tamaulipas, Golfo de México, como huracán de categoría dos y que este jueves se disipó en las montañas del centro del país, provocó lluvias torrenciales superiores a las del huracán Gilberto, que en 1988 devastó al vecino estado de Nuevo León y causó decenas de muertos.
En Monterrey, la capital del estado de Nuevo León, ‘Alex’ dejó en 24 horas lluvias de 446,5 milímetros, mientras que en 1988, «Gilberto» generó 280 milímetros en el mismo periodo, dijo la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
La fuente advirtió en un comunicado de que «continúa lloviendo y en 60 horas el acumulado es superior a los 616 milímetros en Monterrey, lo que ocasiona que ríos estratégicos como el Santa Catarina presenten afluentes históricos».
La televisión local mostró imágenes del paso devastador de corrientes de agua sobre el lecho seco del río Santa Catarina, en Monterrey, donde las autoridades afirman que han muerto tres personas a causa de las lluvias e inundaciones.
Con el fin de proteger a la población de Nuevo León y Tamaulipas de posibles inundaciones por desbordamientos, la Conagua abrió 5 compuertas de la presa La Boca, y 5 del embalse Cerro Prieto, ubicadas en los municipios de Santiago y Linares, en Nuevo León.
Las lluvias torrenciales provocadas por el huracán Alex generaron un almacenamiento de 38 millones de metros cúbicos en La Boca, lo que representa 98% de su llenado; y de 342,5 millones de metros cúbicos en Cerro Prieto, es decir 114% de su nivel máximo ordinario, explicó la Conagua.
Para atender a la población afectada en Tamaulipas, vecino de Nuevo León y por donde tocó primero tierra el huracán ‘Alex’, socorristas desalojan el agua que provoca encharcamientos e inundaciones en diversas zonas de los municipios de Matamoros, Río Bravo, Reynosa y Valle Hermoso.
La Conagua hizo un llamamiento a las autoridades estatales y municipales, así como a la sociedad, «para que desalojen los cauces de los ríos (…), ya que éstos buscan su conducción natural. Por ende, los asentamientos humanos en dichas zonas representan y atraviesan graves riesgos».