La Unión Europea (UE) ha confirmado desde 1996 unos 217 casos de personas diagnosticadas con la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob (cinco en España), la variante humana del mal de las «vacas locas», según informaciones de la Comisión Europea (CE).
La CE ha aludido hoy al seguimiento de este mal en reacción al último caso difundido esta semana en Italia (el segundo encontrado en ese país hasta ahora), donde una mujer está ingresada en coma por haber contraído la enfermedad.
Desde que se detectó en 1996, el número de personas diagnosticadas con Creutzfeldt-Jacob en todo el mundo asciende a 220, de ellas la mayoría en el Reino Unido (173).
El portavoz comunitario de Sanidad, Frédéric Vincent, se ha referido a la enfermedad en respuesta a preguntas sobre el caso italiano. La transmisión de la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob está asociada al consumo o al contacto con materiales susceptibles de propagar la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB), popularmente conocida como el mal de las «vacas locas».
La CE ha propuesto recientemente rebajar las restricciones para prevenir las «vacas locas», por considerar que en los últimos años cayó el número de animales enfermos y porque las reses afectadas tienen cada vez mayor edad, lo que significa que han funcionado las medidas.
Entre las ideas de Bruselas figura tolerar el uso de harinas animales para alimentar pollos, cerdos ó peces, pero seguirá prohibido emplearlas para sustento de rumiantes (vacas, ovejas ó cabras).
Asimismo, la Comisión no permitirá el «canibalismo animal», es decir alimentar al ganado con restos de su misma especie. El portavoz comunitario ha señalado que la revisión de las medidas de prevención de las «vacas locas» ha comenzado a discutirse ahora y ha subrayado que si se autoriza relajar cualquier restricción, deberá «basarse en datos científicos» y tener la aprobación de la UE.