Centenares de ciudadanos se concentraron hoy ante el Ayuntamiento de Duisburgo para exigir la dimisión del alcalde, Adolf Sauerland, por su presunta responsabilidad en la tragedia de la «Loveparade», la fiesta en la que murieron 21 personas.
Los manifestantes expresaron su repudio hacia el alcalde con gritos de «Sauerland raus» -«fuera Saulerland»- mezclados con voces aisladas llamándole asesino. La primera ministra del estado de Renania del Norte-Westfalia, Hannelore Kraft, en declaraciones hoy al diario local «Rheinische Post», apremió a Sauerland a asumir su responsabilidad política en lo ocurrido.
El alcalde sostiene en cambio desde el diario populista «Bild» que él no firmó la autorización a la fiesta, puesto que ello no le corresponde como alcalde, sino que lo hizo «uno» de sus «mejores colegas», sin citar nombre alguno.
Sauerland, de la Unión Cristianodemócrata Alemana (CDU), que preside Angela Merkel, se niega a dimitir pese a las fuertes presiones y considera que actuó de acuerdo a lo establecido.
Un dossier policial, basado en informes aún provisionales de la investigación y presentado ayer por el ministro renano de Interior, Ralf Jäger, responsabilizaba en primera línea a los organizadores, Lopavent, propiedad del empresario de una cadena de clubes de ‘fitnes’, Rainer Schaller.
El ministro renano insistió en que todo ocurrió dentro del recinto y por tanto era responsabilidad del organizador, que además alertó a la policía cuando la situación ya estaba fuera de control.
La pregunta en los medios alemanes es por qué, pese a las múltiples advertencias de la policía, se firmó la autorización de una fiesta que en ediciones anteriores ya había superado el millón de asistentes.
Algunos medios, como «Spiegel» y «Süddeutsche Zeitung», han apuntado a que Sauerland quería sí o sí que la Loveparade se celebrara en su ciudad por la proyección internacional que ello daría a Duisburgo.
El alcalde, que el pasado domingo sufrió un conato de agresión al personarse en el lugar de la tragedia, no acudirá por razones de seguridad a los funerales del sábado en Duisburgo, a los que asistirá Merkel y el presidente Christian Wulff, asimismo de la CDU. La ceremonia será transmitida en el estadio de fútbol de Duisburgo, al que se espera asistan unas 10.000 personas.