El hombre y la mujer más ancianos de Tokio, que supuestamente tendrían 111 y 113 años, respectivamente, podrían llevar muertos varias décadas, informan medios locales.
Todo comenzó la semana pasada, cuando funcionarios municipales del distrito de Adachi descubrieron en su casa los supuestos restos de quien estaba considerado el hombre más viejo de la capital japonesa, Sogen Kato, nacido en 1899.
Aunque los registros municipales indicaban que el hombre seguía vivo, los funcionarios creen que Kato falleció hace ya más de 30 años pues en su domicilio fueron encontrados periódicos cuya fecha más reciente era la del 5 de noviembre de 1978.
La Policía sospecha que la familia del anciano no comunicó la muerte para seguir cobrando su pensión, que se le seguía abonando. Periódicamente las autoridades municipales en Japón visitan los domicilios de los centenarios del país (hay más de 40.000) para certificar su estado, por orden del Ministerio de Sanidad.
Tras el caso de Sogen Kato, hoy se supo que la mujer supuestamente más anciana de la capital japonesa, Fusa Furuya, nacida en 1897, está en paradero desconocido.
El viernes pasado funcionarios del distrito tokiota de Suginami visitaron su domicilio pero no hallaron a la centenaria, informa la agencia local Kyodo. Su hija mayor, de 79 años y que reside en esa casa, aseguró que no la ha visto desde hace dos décadas y que creía que vivía con su hermano desde hace 40 años.
Según las estadísticas del Ministerio nipón de Sanidad, en Japón había 40.399 centenarios hasta septiembre de 2009.
En 2005 se descubrió que una mujer de Tokio que supuestamente tenía 110 años llevaba desaparecida cuatro décadas, por lo que el Ministerio de Sanidad pidió a las autoridades locales que visitasen a las personas más ancianas y certificasen que seguían con vida.
Según Kyodo, entonces se descubrió que al menos 52 supuestos centenarios estaban desaparecidos o habían muerto, sin que las autoridades hubiesen tenido conocimiento de ello.
Japón es uno de los países con mayor esperanza de vida de mundo, especialmente en el caso de las mujeres. La expectativa de vida de una japonesa es de 86,44 años, la mayor del mundo, mientras que la media de los hombres es de 79,59 años.