El presidente de Bolivia, Evo Morales, afirmó este jueves que no participará en la investidura de José Manuel Santos como jefe de Estado de Colombia, porque debe celebrar el aniversario patrio boliviano y porque no fue invitado.
Morales habló del tema en una rueda de prensa en la que también volvió a criticar la presencia de militares estadounidenses en bases de Colombia y expresó su preocupación por la posibilidad de un conflicto bélico entre ese país y Venezuela.
El mandatario señaló que no irá a Colombia porque tiene compromisos para el sábado por el 185 aniversario de la fundación de Bolivia, que se celebrará mañana con una sesión de honor del Congreso en la ciudad oriental de Santa Cruz.
El sábado debe asistir a un desfile militar que se llevará a cabo en la ciudad amazónica de Cobija.
«Primero, nosotros tenemos nuestros compromisos para el 7 de agosto, son días de la Patria (…) Y, segundo, no recibí ninguna invitación para participar en la posesión del nuevo presidente de Colombia, dijo Morales, al ser consultado sobre si iría a la investidura de Santos.
Agregó que, al margen de la transmisión de mando en ese país, ve «con mucha preocupación» la posibilidad de un conflicto bélico en Suramérica, a propósito de la crisis entre Colombia y Venezuela, cuyas relaciones están rotas desde el 22 de julio por decisión del presidente venezolano, Hugo Chávez.
La ruptura fue la respuesta de Chávez a la denuncia del Gobiero saliente de Álvaro Uribe de que hay unos 1.500 guerrilleros colombianos resguardados en Venezuela.
Morales apuntó que Suramérica debe ser «un modelo de paz, donde se respete «las diferencias programáticas, ideológicas, culturales, pero que sean producto de la democracia y no de dictaduras».
El gobernante también insistió en que con la presencia del Ejército de EE.UU. en Colombia «jamás se garantizará ni democracia, ni la integración y por tanto no se respetará ni la dignidad ni la soberanía» de los países de la región.
Sostuvo que Estados Unidos busca pretextos para ingresar a Suramérica para controlar sus recursos naturales y que por eso Washington le acusa a él mismo de «narcotráfico» y al mandatario venezolano, Hugo Chávez, de «terrorismo».
En ese sentido, dijo que saluda «la última propuesta» de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) de buscar «un diálogo para acabar» el conflicto armado, porque desaparecería el supuesto pretexto para la presencia del Ejército de EE.UU. en ese país.
«No es posible que el gobierno colombiano no acepte el diálogo para acabar ese conflicto que usa EE.UU. para garantizar su presencia militar, apuntó el mandatario.
Concluyó con la ratificación de su confianza en que la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) sea capaz de resolver el problema surgido entre Colombia y Venezuela.