Las autoridades francesas deportan este jueves a un primer grupo de 79 gitanos a Rumanía en un vuelo, cuya hora y aeropuerto de salida se desconocen.
Este es el primer vuelo de los tres previstos para los próximos días, según anunció el ministro del Interior, Brice Hortefeux, quien precisó que se espera evacuar a un total de 700 gitanos en situación irregular.
Los deportados son «romanís, como se llama en Francia a los gitanos de Europa del Este, que se han acogido al llamado programa de ayudas al retorno, que consiste en un billete de avión y 300 euros por adulto o 100 euros por niño.
El Gobierno francés insiste, por lo tanto, en que se trata de deportaciones «voluntarias» de inmigrantes en situación irregular que aceptan irse a sus países.
No obstante, las críticas se multiplican ante la ofensiva lanzada por las autoridades contra este colectivo, cuyos campamentos son desmantelados por todo el país.
Fue el propio presidente francés, Nicolas Sarkozy, el que dio la orden al Gobierno de evacuarlos y de destruir la mitad de las instalaciones en las que viven en el plazo de tres meses.
Hortefeux lo está cumpliendo y, en menos de un mes, ya ha desmantelado más de 50 campamentos de chabolas, el último esta misma mañana en Isère, al sureste de Francia.
La prefectura (delegación del Gobierno) de la zona ha difundido un comunicado en el que precisa que se ha evacuado a un centenar de gitanos en una operación que «responde a las instrucciones» del ministro del Interior.