El sacerdote belga Eric Dejaeger, acusado de abusos sexuales a menores de la minoría esquimal en Canadá, se ha entregado este lunes a la policía local de Lovaina (norte de Bélgica) y ya ha sido interrogado. Dejaeger, sacerdote y misionero de 63 años, se encontraba oculto en una casa vinculada a la abadía católica flamenca de Blanden, cerca de Lovaina, según el diario flamenco De Staandard.
El hombre no ha sido detenido inmediatamente porque Canadá todavía no ha emitido una orden de extradición oficial, si bien la Interpol lo incluía en su lista de pedófilos más buscados. Dejaeger es conocido por la justicia canadiense, pues ya cometió nueve abusos en los años noventa por los que fue condenado a cinco años de cárcel. «Su misión era predicar el Evangelio a los esquimales, asegura este lunes De Standaard.
Tras la primera condena, en 2001, cuando Dejaeger se encontraba de nuevo en Bélgica, se presentaron otras nueve denuncias contra él, casos por los que ahora se habría entregado. El sacerdote anunció a los medios flamencos su entrega, en medio de la conmoción que vive el país por el medio millar de casos de pederastia en el seno de la Iglesia belga que saltaron a la luz este fin de semana.
La comisión del psiquiatra infantil Peter Andriaenssens presentó el viernes un informe que registraba las denuncias por abusos de 475 antiguos alumnos de internados religiosos, de los que 13 se habrían suicidado. Monseñor Leonard, del arzobispado de Bruselas-Malinas, reconoció «errores» por el silencio que ha imperado en Bélgica en los últimos cincuenta años, cuando se produjeron los primeros hechos denunciados.
Aunque la mayor parte de los pederastas ya ha muerto y en la mayoría de los casos los delitos han prescrito, medio centenar de víctimas han anunciado que recurrirán a la vía civil para exigir indemnizaciones por los abusos.