El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, pidió este miércoles en la Cámara de los Diputados un voto de confianza para su Gobierno, con el fin de evitar unas elecciones anticipadas que situarían al país en «un periodo de inestabilidad».
Berlusconi se vio obligado a pedir la cuestión de confianza tras la ruptura con su socio Gianfranco Fini, para comprobar si tiene aún la mayoría en el Parlamento.
A los seguidores de Fini, que son 35 diputados, y «al resto de los moderados, Berlusconi aseguró en su discurso de cerca de una hora que «no hay alternativas a este Gobierno» y que son necesarios los tres años que quedan de legislatura «para completar las reformas sociales que el país necesita».
«Estoy convencido que es interés de todos no arriesgarnos a hacer caer el país en una crisis económica, que aún no ha terminado, y en un periodo de inestabilidad. Hay que hacer de todo para que esto no acabe así, subrayó.
«La gente -afirmó-, no quiere ver peleas entre las fuerzas políticas en este momento, sino que prefiere verlas trabajando para sacar adelante el país».
Por ello, Berlusconi apeló al «sentido de responsabilidad de todos» para «poner en primer plano el empeño común y el interés nacional».
Durante su comparecencia, el primer ministro italiano se refirió a las discrepancias en el seno de su partido que provocaron la salida de Fini y otros 45 parlamentarios, al afirmar que en estos días «la dialéctica en la mayoría ha superado los límites».
«He sostenido siempre que, aunque partiendo de la intangibilidad del programa de Gobierno, todo se puede debatir y mejorar, pero la dialéctica en la mayoría ha superado los límites. Me entristece haber asistido a criticas a priori al Gobierno, añadió.
Berlusconi comentó que Italia es la única nación que parece que es «víctima de un pasado que no pasa, invitó a superar los residuos de la «guerra fría» que se vive en el país e instó «a una mayor cohesión nacional».
Como había anunciado, Berlusconi basó su intervención en los cinco puntos del programa de Gobierno que pretende concretar en esta legislatura (federalismo económico, reforma fiscal, iniciativas para el sur, Justicia y Seguridad).
La intervención de Berlusconi fue interrumpida en decenas de ocasiones por los aplausos de la mayoría, pero también la oposición protestó con gritos y abucheos cuando el mandatario habló sobre la Justicia.
Berlusconi anunció que quiere «intervenir sobre la estructura del Consejo Superior de la Magistratura» para crear dos organismos separados, uno para los fiscales y otro para los jueces, y anunció medidas «para tutelar a los ciudadanos de los magistrados que se equivocan».
Asimismo reiteró su intención de aprobar la ley que reducirá los tiempos de los juicios, que ha sido muy criticada porque hará prescribir una gran cantidad de ellos.
Tras el discurso de Berlusconi, los grupos políticos anunciarán su intención de voto y sobre las 19.00 hora local (17.00 GMT) se procederá a la votación.
Para garantizar la mayoría puede ser decisiva la posición de los 35 diputados que han seguido a Fini, ya que el Gobierno necesita 316 votos para conservarla.
Los medios de comunicación italianos explican este miércoles que se pueden sumar cinco votos de los diputados democristianos del opositor UDC y dos de Alianza para Italia, quienes abandonaron a última hora sus respectivos partidos y se han inscrito en el grupo mixto.
Si se confirman estas cifras, Berlusconi podría incluso conseguir la confianza sin el apoyo de sus ex aliados.