La familia presidencial de Estados Unidos se sumó esta noche al tradicional «truco o trato» y repartió caramelos a los niños que iban disfrazados a la Casa Blanca, decorada con arañas y calabazas, como manda la tradición en Halloween.
El presidente Barack Obama y su familia recibieron a niños de entre 6 y 14 años de escuelas locales e hijos de familias de militares, que fueron invitados a pasarlo de «miedo» en una noche mágica en la Casa Blanca.
El Pórtico Norte, por donde cuelgan arañas y murciélagos de adorno, estaba cubierto para la ocasión de calabazas decoradas con caras terroríficas.
Allí fueron recibidos por Drácula, Frankenstein, la novia de Frankenstein y el Hombre Lobo, que los condujeron a los talleres para preparar calabazas, entre otras actividades.
La Casa Blanca advirtió que no habría ningún susto de muerte y que por el contrario los asistentes recibirían caramelos de la Casa Blanca, una galleta especial de mantequilla realizada por el chef presidencial Bill Yosses y frutas escarchadas.
Algunos de los niños invitados a la fiesta venían de la Bancroft Elementary School, de gran afluencia hispana, que participaron en la siembra y recogida del huerto de la Casa Blanca con el que la primera dama, Michelle Obama, promueve una alimentación sana.
El pasado año los Obama repartieron caramelos en la puerta principal de la Casa Blanca, el presidente iba vestido informal, pero su esposa, Michelle, llevaba un top con un estampado de leopardo y unas orejas de gato.
Obama, que ha tenido un agitado fin de semana político pidiendo el voto para su partido en las elecciones legislativas del próximo 2 de noviembre, conversó después de su discurso en Ohio con los periodistas que le acompañaban y adelantó que su hija menor, Sasha, irá vestida de pavo.