Decenas de miles de egipcios se encuentran ya en la plaza de Tahrir, en el corazón de El Cairo, para celebrar la renuncia del presidente Hosni Mubarak hace una semana, tras 18 días de protestas en todo el país.
«He venido aquí porque esto es un festival para celebrar la salida de Mubarak y rezar en la oración del viernes aquí en Tahrir», manifiesta a Efe Mohamed Abdel Hamid, un estudiante de 23 años que se encuentra en la plaza, donde una hora antes de que comenzaran las celebraciones era ya muy complicado moverse.
En un ambiente totalmente festivo en el que los colores rojo, blanco y negro de la bandera egipcia son visibles no solo en enseñas, sino también en cintas del pelo, en velos, en la ropa o en pegatinas, han acudido familias al completo para la celebración. «Ahora todo el mundo tiene libertad», insiste Abdel Hamid.
Los convocantes, los mismos que organizaron las protestas que comenzaron el 25 de enero que desembocaron en la renuncia de Mubarak el pasado viernes día 11 de febrero, esperan una participación masiva.
En distintos puntos de la plaza también se pueden ver numerosas fotos de algunas de las más de 350 personas que murieron durante las protestas y que los participantes califican como «mártires de la revolución».
Desde la medianoche, coincidiendo con el comienzo del toque de queda, el Ejército volvió a bloquear los accesos a la plaza de Tahrir (Liberación en árabe), como en los días de la protesta.
Antes de acceder al recinto hay que atravesar varios controles de seguridad improvisados por los organizadores, en los que exigen que se muestre el carné, y se registra a las personas y sus pertenencias.
Asimismo, se han formado corros de personas para hacer huecos en los que los fieles que lo deseen puedan participar en el rezo del mediodía del viernes, el más importante de la semana.
Se espera que el rezo sea conducido por el influyente jeque egipcio residente en Qatar, Yusef al Qardawi. El presidente Hosni Mubarak renunció el pasado día 11 a su cargo, tras 30 años en el poder y cedió la autoridad al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, después de 18 días de protestas en varias ciudades del país.
Durante estos días, la plaza de Tahrir se convirtió en el símbolo de la resistencia de los manifestantes.