El líder libio, Muamar el Gadafi, aseguró este martes en un discurso en la televisión estatal que no abandonará el poder, mientras prosiguieron, por segundo día consecutivo, los bombardeos contra los manifestantes que piden su renuncia.
En tono desafiante, Gadafi dijo que la dimisión no figura entre sus opciones y que está «dispuesto a morir como un mártir en Libia», antes de acusar «a los países árabes y extranjeros» de intentar desestabilizar el país.
El líder libio afirmó que las cadenas de televisión extranjeras «están trabajando para el diablo», unas horas después que una de estas cadenas, la catarí Al Yazira, difundiera que la Fuerza Aérea volvió a bombardear este martes varios sectores de Trípoli y de que mostrara imágenes de supuestos mercenarios al servicio de Gadafi.
La emisora catarí informó de que en el barrio de Tayura, en el este de la capital libia, seguía habiendo cadáveres en las calles y de que en otras zonas de la ciudad se han visto helicópteros militares transportando mercenarios. «Los aviones de guerra y los helicópteros están bombardeando indiscriminadamente un sector después de otro. Hay muchos muertos», dijo uno de los testigos citados por Al Yazira.
Distintas fuentes cuentan ya los muertos por centenares y sólo en la ciudad oriental de Bengasi fuentes médicas cifraron este martes en cerca de 300 las víctimas mortales registradas en los últimos días. Sin embargo, la televisión oficial libia desmintió este martes el empleo de la fuerza militar para sofocar la revuelta en el país y dijo que «estas informaciones falsas» son difundidas por «las cadenas vía satélite confabuladas estos últimos días contra el pueblo libio».
No desmintió, sin embargo, la televisión oficial que Bengasi, la segunda ciudad del país -situada a 1.200 kilómetros de Trípoli-, está bajo control de los manifestantes, después de que los cuarteles fuesen abandonados por los soldados. En esta ciudad fueron detenidos supuestos mercenarios procedentes de países como Sudán, Chad y Somalia, según las imágenes difundidas por Al Yazira, en las que se mostraron pasaportes y documentos junto a varias personas con ropas de civil, uno de ellos con un chándal del club de fútbol español Real Madrid.
El temor a que el caos que se vive en el país desborde las fronteras, ha llevado al Ejército egipcio a intensificar en las últimas horas su presencia en la zona fronteriza con Egipto, también bajo el control de los «rebeldes». El paso fronterizo de Al Salum está abierto las 24 horas para permitir el regreso de los egipcios a su país y el paso de quienes quieran abandonar Libia, según el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas egipcias.
La brutal represión del régimen libio ha llevado a la ONU a pedir este martes, a través de su alta comisionada para los derechos humanos, Navi Pillay, una investigación internacional. «La insensibilidad con la que las autoridades libias y sus empleados armados disparan ráfagas de proyectiles contra manifestantes pacíficos es inconcebible», dijo Pillay, que habló abiertamente de crímenes contra la Humanidad.
Los países europeos continuaron con los planes para repatriar a sus ciudadanos, sin ahorrar críticas a la represión desencadenada por el régimen libio, mientras las empresas energéticas occidentales que operan en el país reducían o suspendían la producción de petróleo y de gas, en medio de la escalada del precio del crudo.
Paralelamente, el Consejo de Seguridad de la ONU decidió celebrar este martes una reunión abierta a todos los miembros del organismo internacional sobre la situación de Libia y escuchar qué ocurre allí por voz de sus representantes.
Fuentes diplomáticas indicaron que al mismo tiempo se negocia que el Consejo, que este mes preside Brasil, emita algún tipo de declaración sobre los sangrientos sucesos acaecidos en el país magrebí.
A las críticas hacía el régimen de Gadafi, se unieron reflexiones de fondo como la del presidente ruso, Dmitri Medvédev, quien alertó sobre la posible desintegración de los países árabes y la eventual llegada al poder de fanáticos, lo que, a su juicio, desembocaría en «décadas de convulsiones».
Redacción