La presión de las protestas políticas en Baréin logró este miércoles la liberación de 23 opositores chiíes detenidos el pasado mes de septiembre acusados de terrorismo, después de que el monarca Hamad bin isa al Jalifa emitiera la víspera un perdón real.
Los presos fueron puestos en libertad esta medianoche y ahora se encuentran en sus hogares, confirmó a Efe por teléfono el presidente de la Asociación de la Juventud Bareiní para los Derechos Humanos, Mohamed al Maskati.
Esta liberación se produjo horas después de que el rey bareiní ordenara la liberación de «un número de condenados y suspender las demandas judiciales contra esas personas», después de diez días de protestas en Baréin para exigir reformas políticas.
La detención de estos opositores chiíes levantó una gran polémica en el reino al producirse un mes antes de las elecciones parlamentarias, que se celebraron el pasado 23 de octubre.
En este sentido, varias ONG árabes denunciaron que los arrestos eran parte de una campaña de las autoridades bareiníes para reprimir a la oposición antes de los comicios.
Los chiíes, que representan un 70 por ciento de la población de Baréin, exigen una mayor reforma democrática y un papel más representativo en el reino, gobernado por una monarquía suní.
Los 23 opositores fueron acusados de instigar a la comisión de actos terroristas y de intentar derrocar a la familia real, aunque el fiscal retiró este último cargo antes del comienzo del juicio.
«Es el caso reciente más importante», dijo Al Maskati en referencia al juicio de estos opositores, que alegaron haber sufrido torturas.
El responsable de la ONG bareiní aseguró que los prisioneros han sido torturados en la cárcel pero señaló que se encuentran en buen estado de salud.
Al Maskati lamentó que «sólo se ha liberado a una parte» de los aproximadamente 450 prisioneros políticos que hay en Baréin, aunque se espera que a lo largo de la jornada salgan de la cárcel otros presos.
Estas liberaciones coinciden con una nueva convocatoria de manifestaciones para esta tarde, cuando está previsto que miles de personas vuelvan a tomar la plaza Lulu de Manama, epicentro de la revuelta popular que comenzó el pasado 14 de febrero, al calor de las protestas de Túnez y Egipto.
Además, se producen el mismo día que el rey bareiní se reúne a Arabia Saudí con su homólogo Abdalá bin Abdelaziz, que regresó este miércoles a su país tras someterse a una operación que lo ha mantenido tres meses ausente de la nación árabe.
Redacción